Hagan ruido

"En este mundo el pedo es vida, porque hasta el Papa bien se lo tira, hay pedos cultos e ignorantes, los hay adultos, también infantes, hay pedos gordos, hay pedos flacos, según el diámetro de los tacos...", afirmaba Francisco de Quevedo en su 'Poema al pedo'

A veces es imposible retener un pedo.
31 de agosto de 2025 a las 09:13h

Desde el mes de junio dirijo como voluntaria, socia y amiga un club de lectura en la Asociación de Esclerosis múltiple Joaquín Argente de Cádiz (esta información la doy porque viene al caso y tampoco tengo motivo para ocultarla). Los socios que pertenecen a esta entidad y, debido a la dolencia de su enfermedad, suelen tener dificultades cognitivas, falta de concentración, pérdida de visión, etc. que en ocasiones se convierten en un obstáculo para que puedan ejercer con agrado la lectura de un buen libro.  A mis chicos del club de lectura les cuesta un poquito más, pero no se rinden e intentamos adaptar las lecturas y los textos a nuestras necesidades. Uno de los retos que me he propuesto con ellos es inculcarles la lectura de poemas, y esta misma mañana uno de los miembros comentaba en nuestro chat del grupo de lectura, que había descubierto que Quevedo había escrito una obra sobre el culo y, por supuesto, al pedo. En la próxima sesión del club prometí que entre todos leeremos el “ruidoso” poema, pero si siguen leyendo tal vez descubran entre estas líneas un pequeño adelanto del mismo.

Mientras leía los mensajes y reacciones sobre el poema de mis chicos lectores, escuchaba en la radio algunas de las desastrosas noticias que suceden a cada minuto en nuestro país y pensé… ¡Iros al pedo, políticos! Y es que no es para menos, y creo que es incluso una forma educada de mandar a tomar por saco a más de uno y una. Recuerdo también que en mi época los niños educados usábamos esa expresión cuando nos enfadábamos con los amigos del colegio e incluso cuando nos poníamos rebeldes en casa con nuestros padres (ahora es mejor no mencionar lo que suelta un niño o joven por la boca, ya que la educación brilla por su ausencia) “un peo pa’ ti” era la frase que usábamos para increpar con nuestros amigos de más confianza o con adultos si éramos algo atrevidos. También cuando algo no nos parecía justo o no estábamos de acuerdo decíamos “¡y un peo!” (peo suena mejor que pedo, ventajas de hablar andaluz) Yo reconozco y seguro que, a muchos de ustedes, los lectores, también les ocurre que cuando se encuentran en la sección de colonias o perfumes de un centro comercial o supermercados aún dicen aquello de “uff esto huele a peo” porque la fragancia que han osado a probar tiene un olor desagradable. Igualmente, escuché alguna vez la palabra pedo o peo en andaluz en la siguiente frase: “qué cara de peo tiene aquel”, creo que no es necesario que explique el significado de tal expresión.

La palabra “pedo” como han podido comprobar se puede usar en diversas situaciones y con distintos propósitos, pero creo que hay que resaltar de esta palabra que tal como ocurre cuando ese gas es expulsado por el culo y también cuando lo utilizamos para increpar a alguien o asemejarlo a algo, experimentamos toda una liberación. “En este mundo el pedo es vida, porque hasta el Papa bien se lo tira, hay pedos cultos e ignorantes, los hay adultos, también infantes, hay pedos gordos, hay pedos flacos, según el diámetro de los tacos...” Así lo afirmaba también don Francisco de Quevedo en su “Poema al pedo”. Y admitámoslo, aunque puede resultar asqueroso debido a su mal olor, este en la mayoría de las veces va precedido de la risa (espero que tengan sentido del humor, si no solo se van a quedar con el tufo). Reírnos de un pedo, y del que tenemos al lado, de aquel que pretende hacernos daño, de nuestros políticos ineptos y de este absurdo mundo en general, es una de las mayores satisfacciones que nos podemos dar. ¡Después de un pedo claro! 

Se termina el verano, las vacaciones, volvemos a la realidad y a los quehaceres cotidianos y a enfrentarnos a todo aquello que hemos querido dejar atrás durante unos días; mi pretensión no ha sido otra de intentar sacarles una sonrisa en la medida de lo posible y aunque me arriesgue a que me contesten con aquello de ¡Un peo pa’ ti! Les aseguro que el ya cercano otoño tiene también su encanto y sus cosas buenas. ¡Todo es cuestión de buscar para hallar!