Cada día recibimos noticias terribles sobre las principales preocupaciones que nos abruman a todos. Noticias junto a las que se filtran mentiras y disparates con una finalidad determinada. Muchas de ellas aunque son realmente increíbles, se acogen con gran facilidad y se extienden con demasiada rapidez. El enemigo del ciudadano ha cambiado, hace años era la ignorancia y hoy es la mentira.
Jean-Jacques Courtine médico y creador de la obra 'Metamorfosis del discurso político', manifestó que en el siglo XX la mentira, a través de los bulos, ha entrado en la fase del consumo masivo con la colaboración de las redes sociales. Existen muchos medios para desenmascararlas, pero la realidad es que circulan ampliamente y a sus anchas.
A cualquiera se le puede colar un bulo, estos son algunos de los que he podido llegar a recordar y "casi con seguridad" de los más sonados: "Dividiran el féretro de la duquesa de Alba en 203 partes para enterrarla en todos sus palacios" , el Mundo Today lo publicó y la cadena mexicana Televisa lo dio por bueno. Pero no, el féretro de la duquesa no sufrió ninguna fragmentación múltiple para repartir sus restos por todos sus dominios.
Y algunos con más transcendencia como "Marruecos reclama la mitad de los ingresos de la Alhambra". Citando al diario digital Nador City- que no se había pronunciado al respecto-, Alerta Digital publicó que Marruecos reclamaba la mitad de los beneficios de la Alhambra por aquello de la hermandad histórica de los países. Otros diarios de la prensa escrita y digital en España dieron por buena la información y la publicaron, mientras Marruecos se apresuraba a desmentirlo todo.
El fake del que más se habla estos días es el titular "Falta de hielo", del cual se han hecho eco todos los medios de comunicación y que ha desmantelado la propia cadena de televisión que ayudó a extenderlo en su programa matinal de más audiencia; la entrevista de un pescadero en un mercado desmintiendo la falta de hielo y la subida de este producto, se hizo viral en redes en cuestión de minutos. El destape del bulo además de indignar, es algo que en este país nos encanta.
De todas formas no sería justo considerar mentirosos a todos los políticos ni cargar contra los medios de comunicación o redes sociales. Son muchos los que divulgan solo las verdades contrastadas. Las otras falsedades conocidas como bulos, son difundidas con encono y a veces se utiliza para ello un humor nefasto y sin gracia.
La libertad de expresión es un derecho fundamental, consagrado en la constitución y cuyos límites vienen establecidos en la misma Carta Magna que prohíbe: la propaganda en favor de la guerra, la apología del odio religioso o de raza, la incitación de la violencia, y la violación de la dignidad de las personas.
Pero no debería hacer falta prohibir ni censurar para protegernos, como algunos pretenden hacer con intenciones peligrosas. En la revolución francesa los que se dedicaban a difundir bulos, podían ser llevados ante el tribunal revolucionario y terminar en la guillotina.
Nuestro sistema democrático ofrece la posibilidad de acudir a los tribunales cuando las falsas noticias producen daño o atacan la dignidad de las personas o instituciones pero ¿Es una posibilidad al alcance de todos? Respuesta que da para debatir largo y tendido mientras seguro que da tiempo de sobra a que surja un nuevo fake o bulo que añadir a la lista.
Comentarios