La Alcazaba de Almería.
La Alcazaba de Almería.

Y qué cierto es que siempre que se llega de pasar unos días fuera de casa, aunque sea de unas deseosísimas vacaciones, siempre se piensa "Como en casa, en ningún sitio". Este año quería visitar la única provincia andaluza que aún no conocía (un delito por mi parte y por el de cualquiera de vosotros que me leéis si os ocurre lo mismo), el de viajar fuera de Andalucía y de España sin conocer al completo nuestra tierra. A mis tai tantos años y a los que se sumaran en unos días uno más, al fin puedo decir que conozco todas las provincias andaluzas. 

Seguro que les ha pasado, que cuando se decide hacer un viaje no demasiado largo en el tiempo parece que se viva con mayor intensidad por aquello de que “ya que estoy aquí no quiero perderme nada”, y eso es lo que me ha pasado días atrás en tierras almerienses. Solo puedo decir que esta provincia no tiene nada que envidar al resto de las que conforman nuestra comunidad autónoma. Y es que cuando una es turista en tierra ajena se da cuenta de que tal vez el hecho de que el andaluz no sabe vender su tierra sea porque la siente demasiado suya y el egoísmo es lo que tiene ¡Pero yo sí presumo de mi Cádiz! ¡Y escribo de ella para quien quiera saber qué suerte tengo! 

Pero una cosa no quita a la otra y ahora que ya puedo decir que puse pie en cada una de las provincias andaluzas, me reafirmo en lo que por aquí en el sur  decimos ¡Lo siento pisha no to’ el mundo puede ser de Cai! Pero ¡Tampoco to el mundo puede ser andaluz! Y sin duda tenemos que estar orgullosos y sentirnos privilegiados de serlo. Recuerden si no parte de esta letrilla que al menos cuando yo iba al colegio recitábamos cada 28 de febrero:

Huelva se duerme cantando.
Y "Cai" besa la mar,
el cielo se vuelve sal.
Málaga sueña un verano.
Granada, un cuadro gitano por pintar.
Olivares polvorientos,
aceitunas de Jaén.
Almería tiene sed.
Córdoba, sultana y mora.
Sevilla, un hoy, un mañana y un ayer
”.

¡Y qué importante es educar e inculcar que hay que valorar el sitio que te vio nacer! Empezando por supuesto por el lugar donde naciste, pero también yendo más haya y percibiendo y saboreando lo que otros tienen y son capaces de mostrarte con orgullo. El ser humano no dispone de raíces como las de los árboles que se aferran a la tierra donde nacieron y se nutren de ella. 

Cada vez disponemos de más facilidades para caminar por parajes lejanos e intentar "echar raíces" sin éxito, pues estas se niegan a agarrarse de por vida a una tierra regada por otros. Porque recuerden que “el arte de vivir es cambiar las hojas sin cambiar las raíces” y tal como dice el título del libro de Nandy Jelson 'El cielo está en cualquier lugar' pero el más azul, el más eterno y el que sin duda no quiero dejar de mirar hasta el fin de mis días es el de mi Andalucía.

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