Consuelo de muchos…

A veces, y aunque vivamos en la que califican como la era digital y tecnológica, no deberíamos dejar de mirar atrás y si es necesario volver a aquello que funcionaba

La democratización de la tecnología en las comunidades humanas; la seguridad y las comunicaciones
La democratización de la tecnología en las comunidades humanas; la seguridad y las comunicaciones Tatiana Syrikova

Cualquiera que pueda presumir de conocerme sabe que una de mis grandes pasiones es la lectura y en alguna ocasión he contado que incluso aun no sabiendo leer observando las ilustraciones de los cuentos, inventaba lo que yo deseaba poder descifrar de aquellas letras que desbordaban las páginas deslumbrándome. Creo que una de las pocas cosas de la que me he jactado a lo largo de mi vida, y sin temor a parecer presuntuosa ha sido el saber deleitar a los demás al leer en voz alta desde una edad bastante temprana.

Recuerdo que en mi escuela era un ejercicio que practicábamos a diario y siempre recordaré a aquella compañera de clase que, aunque leía perfectamente, lo hacía a una velocidad tan vertiginosa que llegaba a dificultar la comprensión del texto que teníamos delante, es decir, la llamada comprensión lectora de la que en los últimos tiempos parece que hemos restado bastante importancia. 

En mi época de colegiala no bastaba con leer todo un texto de diez líneas a la velocidad de un rayo, si no eras capaz de detenerte, de dar importancia a los signos de puntuación y de explicar lo que acababas de leer no eras el mejor o la mejor de la clase en el ejercicio de la lectura.

Días atrás he leído en prensa titulares como “Suecia abandona las pantallas y vuelve a los libros”, “Los niños españoles retroceden en comprensión lectora, pero no menos que en los países de su entorno”, menos mal que alguien escribió ese último titular, ya muchos podrán dormir tranquilos a pesar de ser conocedores de aquello de “consuelo de muchos es consuelo de tontos” ¿Qué es el informe PIRLS? Pues nada más y nada menos que el Estudio Internacional para el Progreso de la Compresión Lectora y el cual tras alertar después de los resultados recientes del riesgo en que nos encontramos de crear una generación de “analfabetos funcionales” deberíamos considerar, tener tan en cuenta y alarmarnos tanto por los resultados del mismo como ante la subida del precio de la cesta básica de la compra y de lo que pagamos por la energía y suministros vitales.

Igual debíamos tener este informe en bastante consideración a la hora de dar un voto ahora que se aproximan unas adelantadas elecciones. Países como Suecia con datos favorables, pero más bajos, que en anteriores ocasiones han tomado ya una serie de medidas y realizado una gran inversión en mejorar los resultados del PIRLS, da qué pensar ¿No creen? Tratamos un tema de gran importancia y que merece que no pasemos por alto y que nos detengamos en todos sus puntos, sus comas y entendiendo su verdadera transcendencia. 

Cuando yo estudiaba la EGB (fui así de afortunada lo siento por quienes no) teníamos un libro por cada asignatura, incluida religión y como he adelantado ya anteriormente en cada una de las asignaturas se hacía lectura en voz alta y se practicaba la compresión lectora. No es para asustarse, los libros se guardaban en la cajonera del pupitre y era un alivio que en la mochila (Que siempre deseabas llevar de un sitio a otro porque te hacía parecer más adulto), al menos llevaras el libro que había que leer aquella semana.

Sí, cuando yo tenía siete años leíamos un libro a la semana y hacíamos un resumen que a su vez había que leer en voz alta en clase. Y miren si es casualidad que todo esto que les he narrado me vino a la memoria porque en países como Suecia que tienen un ejemplar sistema educativo una de las decisiones tomadas ante los resultados obtenidos del informe PIRLS ha sido invertir una gran suma de dinero en libros de textos para los estudiantes, para cada asignatura un libro ¡Cómo cuando muchos de mi generación estudiábamos!

Y es que a veces, y aunque vivamos en la que califican como la era digital y tecnológica, no deberíamos dejar de mirar atrás y si es necesario volver a aquello que funcionaba, hacerlo sin pensar que estamos retrocediendo un paso y resolviendo que tenemos recursos ya inventados y que nadie nos ha prohibido volver a utilizarlos.

Casi me emociono al pensar que tal vez a ese invento que llamaron libro le queden más años de supervivencia de lo que había pensado ¡Cuando algo es bueno no hay motivo para renunciar a ello! Tal vez lo ideal sería poder conformar un modelo educativo en el cual las pantallas y los libros convivieran en armonía y en el que fuéramos capaz de enseñar a los estudiantes el sitio que cada cual debe ocupar tanto en su etapa de aprendizaje como en lo personal.

De momento creo que no hemos sido capaces de lograrlo y reconocer que se ha fracasado en ese aspecto puede que nos beneficie y nos haga un poco más sabios. Nadie ha de conformarse con ser igual de malo que otros, no hemos de conformarnos con tener una pantalla en un aula cuando además podemos tener mesas y estanterías llenas de una herramienta tan maravillosa como es el libro. En el único espacio en el que debe destacar una pantalla por encima de todo es en una sala de cine, estarán de acuerdo que junto al libro fue un invento maravilloso. Como afirmó José Ortega y Gasset “La vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada."

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