Viajeros, al comienzo de un viaje.
Viajeros, al comienzo de un viaje. MAURI BUHIGAS

Esta semana en la que ando enfrascada en terminar un nuevo trabajo, de vez en cuando me detengo ante el PC y pienso en el momento en que llegará el final o el fin. Sin embargo, reflexionando sobre esto, he llegado a la conclusión de que al contrario de lo que a mí me está ocurriendo (no deseo terminarlo debido a que estoy disfrutando) en muchas ocasiones y situaciones el ser humano, está deseando poner fin a algo.

Ya solo despertarnos por la mañana, nuestro primer deseo es que pare de sonar el despertador; que termine esa reunión con los jefes, que la mañana llegue a su fin, terminar de estudiar en la tarde, que se termine de hacer el pollo en el horno, que finalice el telediario para dejar de ver tanta desastrosa noticia, que llegue el fin de semana para relajarnos, que termine el verano (estación del año en la que disfrutan solo los ricos y privilegiados), deseamos que se ponga fin a la guerra en Ucrania (pero que no empiece otra), que terminen las elecciones (para saber la nueva incompetencia que nos espera), que dejen de subir el gas, la luz, el precio de la sandía y un largo etc. La palabra fin en la que tanto pensamos o usamos para expresarnos significa: Momento en que se deja de existir, ocurrir o hacer una cosa. 

Según el significado de esta palabra, podemos añadir a la lista anterior, ese momento en que todos alguna vez hemos deseado por algún motivo dejar de existir (en situaciones embarazosas, frustrantes) pero por su puesto sin que llegue la sangre al río, porque ya se sabe “Un mal capítulo no es el fin de la historia”. También todos hemos exclamado alguna vez ¡Al fin se ha ido el levante! (odiado viento gaditano) y esta otra exclamación de alivio ¡Menos mal que puse fin a esa relación tóxica! Y cómo no, esa frase que repiten los estudiantes jóvenes o no tan jóvenes ¡Por fin he finalizado los exámenes! (doble uso en esta expresión de la palabra fin), una bastante popular es Punto y Final, no quiere decir que ya haya terminado de escribiros, es otra frase que reconozco que además de utilizarlo en la escritura suelo utilizar en mi verborrea habitual.

Creo que ha quedado más que comprobado la importancia que tiene en nuestras vidas el final de las cosas y en consecuencia el uso de la palabra “Fin”. Aunque en mi opinión el fin de algo no tiene que significar siempre que ese algo deje de existir, ocurrir o de hacerse. Detrás de la palabra fin, puede haber una continuidad; cuando llegamos al final de un camino, casi siempre suele haber otro al lado que nos permite seguir adelante. Cuando vemos un estreno de una gran película en el cine y aparece la palabra “fin” es muy posible que pronto vuelvas para ver una segunda parte. Ocurre lo mismo cuando damos por finalizada una estación del año, sea cual sea nuestra estación del año favorita u odiada, siempre vuelve. Terminas de escuchar una canción y ya sea porque pronto volverá a sonar en la radio o porque te encanta, puedes estar seguro de que pronto volverás a escucharla. Con los libros suele pasar lo mismo, si eres un gran lector y una obra escrita te ha fascinado, volverás a releerla y también cabe la posibilidad de que esa segunda parte que deseas leer, sea escrita por su autor y editada en breve.  

 Y tal como dejó escrito un gran pensador anónimo “Hay que tener coraje para escribir la palabra fin, y así encontrar las fuerzas para escribir la palabra comienzo”. Ahora sí, ¡Punto y final! ¡Os espero en un nuevo comienzo! 

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