Personas muertas y buscando gas

Guerra de Ucrania. Artículo de opinión escrito por Pablo Martínez-Calleja , titulado 'Personas muertas y buscando gas'.
21 de marzo de 2022 a las 09:33h

Personas muertas: asesinadas. Personas que huyen: refugiados. Personas que no pueden huir y quedan atrapadas entre las sirenas de alarma de bombardeo, los sótanos-refugio y las bombas. Personas llamadas escoria y personas declaradas traidoras. Personas encarceladas o amenazadas con ser torturadas en la primera cárcel que deje plaza libres, después de la última ola de personas que habían sido llamadas escoria y declaradas personas traidoras. ¿Cómo seguir después de este catálogo de venta de armas y de guerras?

El ministro federal de Industria y Energía, Robert Habeck, de Los Verdes, ha advertido que habrá que pactar con tiranías para asegurar la llegada del gas a Europa. Precisamente este ha sido uno de los lugares por donde ha empezado la invasión contra Ucrania: por los pozos de gas. En el futuro, los pozos de gas serán los de Qatar, país también conocido por un evento futbolístico que se inaugurará coincidiendo con el Adviento y casi la Navidad.

La pregunta que sobre energía debemos volver a plantear es hasta cuándo vamos a ir y venir, de una tiranía a otra, hasta lograr nuestra propia autarquía energética. Europa tiene sol, tiene viento y tiene la tecnología suficiente para producir hidrógeno. En Alemania ya hay empresas que ofrecen calefacciones para gas líquido, en régimen de compra o alquiler. Este viernes pasado llegó a mi buzón publicidad para que alquile, si no quiero comprar, una nueva calefacción más eficiente en el consumo y más neutral en el clima. El pacto con Rusia para el gas fue un error, ahora se admite ya abiertamente. Un error que llevó a Estados Unidos a imponer sanciones económicas a Alemania por el gasoducto acordado con Putin por debajo del mar Báltico para saltarse a Ucrania en el camino. Entonces, algunos se taparon la nariz para aceptar el acuerdo, o no. Ahora el pacto es con Qatar.

España ha decidido que el gas de Argelia está lo bastante asegurado como para jugar al ajedrez con Marruecos. Ni Ceuta ni Melilla ni Canarias estaban en ninguna lista de descolonización de la ONU, y ahora resulta que España usa el argumento de que le ha arrancado a Marruecos un acuerdo por el que cambia el Sahara Occidental por la renuncia futura a unos hipotéticos derechos sobre esos tres territorios. Argelia, el butanero de España, ha llamado a consultas a su embajador por el Sahara. Deberíamos no olvidar que todas las patrias son eternas y sus territorios también, al menos mientras haya munición en el polvorín. O sea, ninguna renuncia es eterna, otra cosa son las compraventas, como con Alaska o con México.

La pandemia bosquejó la nueva época del caos para el mundo y la invasión de Ucrania nos ha metido de lleno en un mundo donde la normalidad ya es el caos, mucho más que la geopolítica. El caos para el que nos ha ido preparando la desaparición de la verdad, del relativismo oportunista como norma de conducta, la abolición de la coherencia de lo que se dice a favor del capricho de lo que se quiere hacer porque sí. Ya la persona más común y corriente se monta una charla parlera, incoherente e imposible de seguir, nada más que para salirse con la suya o intentarlo. Es patético, pero es real. No deberíamos aceptarlo.

Se abre ante todos nosotros el abismo. El que fue asesor económico de Jelzin, Anders Åslund, afirma que Putin ha convertido Rusia en una Corea del Norte y que su economía está ya por los suelos. Las noticias de miles de profesionales que salen de Rusia para instalarse en Turquía corrobora un futuro desolador para Rusia y para el mundo, teniendo en cuenta su potencia nuclear. El hecho de que Putin no reconozca el Memorándum de Budapest, que protegía a Ucrania a cambio de la entrega de su arsenal nuclear de la época soviética, porque el pacto lo había suscrito Jelzin, abunda en la era del caos que abre Putin. Cuando ahora no faltan quienes se preguntan dónde estábamos mientras Putin ponía en marcha el infierno cabría decir que son los que se lo preguntan quienes deberían responder.

Para que dentro de unos años no salgan otras voces preguntándose dónde estábamos cuando se pactaban pozos de gas con las tiranías de este mundo y se entregaba el Sahara Occidental a Marruecos, me lo pregunto hoy: ¿En qué estamos pensando que no damos los pasos necesarios, con la tecnología de que disponemos, para buscar nuestra independencia energética? ¿A qué guindo nos hemos subido para volver a la carrera armamentística si sabemos que el poder destructor nuclear es imparable excepto con una nueva cultura de paz?