El presidente Aznar emuló a un millonario tejano con las botas encima de la mesa del rancho de los Bush. “Estamos trabajando en ello", fue su oración de pleitesía. El alineamiento con los intereses de los ricos de EEUU le costó las eleciones de 2004, las que ganó ZP. A España el peor atentando islamista de la historia de la UE, y al mundo una guerra atroz que devastó Irak y lo convirtió en un estado fallido al servicio de la jauría que alimenta el hambre de petróleo mundial.
El presidente Zapatero tras un telefonazo de Obama y otro de Merkel, se plegó a los intereses de los mismos ricos de EEUU y de los del norte de Europa. Los que habían llevado a la quiebra crediticia a sus bancos entregando la fábrica a China. El ZP saliente y el Rajoy candidato, liquidaron el artículo 135 de nuestra “sagrada” e “inviolable” CE para que, como en la ruleta rusa, la banca siempre gane. La operación alevosa y nocturna contra el estado social, forzó un brutal incremento del paro, expulsó a una generación del futuro, y le costó a José Luis Rodríguez Zapatero las elecciones de 2011. Mariano Rajoy, con un partido corrupto por bandera, arrasó y ejecutó sin despeinarse la mayor pérdida de derechos laborales, sociales, ecológicos y de género, desde la llegada de la democracia. Buena parte de una generación perfectamente formada emigró con la bonita etiqueta de españoles por el mundo.
El presidente Pedro Sánchez llegó al poder del PSOE en una primarias camuflado de podemita, y alcanzó Moncloa en una moción de censura contra Rajoy, tras la sentencia Gürtel, cocinada por Pablo Iglesias. Ese mismo Pedro Sánchez ha terminado alistándose como marine de la Sexta Flota de los EEE.UU de América. Las consecuencias para los pueblos de España pueden ser durísimas. Pudo ser el líder de una nueva socialdemocracia europea, el referente europeo de la vía diplomática para los acuerdos, que se acabarán produciendo, entre Rusia y Ucrania, ese futuro lo ha tirado por la borda de un navío de guerra del imperio.
El ardor guerrero de Sánchez, el mayor de entre los cuatro grandes de la economía de la UE, por encima del de Dragui y Scholz, y muy por encima del de Makron, nos va a costar, nos está costando, muy caro. La guerra en Ucrania sigue sin que los EE.UU den muestras de querer llegar a un acuerdo diplomático sobre la neutralidad nuclear y otanística de un territorio con una gran línea fronteriza con Rusia.
El golpe de timón, filtrado por el gobierno marroquí, en relación al Sahara, hecho a hurtadillas de la legítima representación del pueblo saharaui, de todo el espectro político español, de la parte del gobierno de UP, de la UE, de las resoluciones de la ONU y, según parece por las reacciones inmediatas del gobierno argelino, de Argelia, solo introduce más inseguridad en la población y la economía. Es un nuevo “estamos trabajando en ello”. El 47% del gas que llega a España es argelino. Sánchez mete presión en la caldera alejándose de la diplomacia y enfrentándose a nuestro principal proveedor de gas, el gobierno Argelino. Inseguridad, inflación y subida de precios de la energía es un cóctel explosivo que puede acabar con Pedro Sánchez en las próximas elecciones generales, cuando sean. El problema es que en esas elecciones generales el acecho para la democracia está liderado por un PP voxificado, el PP de Feijó no da muestras de alejarse de Ayuso o Casado, y por Vox dispuesto a tomar el gobierno para liquidar la democracia.
Con Sánchez vestido de marine de la Sexta Flota el PSOE está defendiendo posiciones conservadoras en todos los frentes. Ante la escalada de la inflación, busca un pacto de rentas para que la clase currante pierda poder adquisitivo. Ante la escalada de los precios de la energía, verdadera causa de la inflación, agravada por la invasión rusa de Ucrania, es incapaz de actuar con urgencia, sacar al gas de la formación del precio de la electricidad, subvencionar el precio del combustible a los sectores económicos más afectados vía fiscalidad justa, o legislar ya para la constitución de una empresa pública de energía que fuerce precios de la electricidad asumieres por empresas y familias. Pedro Sánchez, marine de la Sexta Flota trabaja para el imperio y para que el esfuerzo patriótico no lo paguen quienes más se benefician de la patria: los ricos, las grandes empresas energéticas, el IBEX, y las multinacionales que operan en España.
Pero no nos confundamos, nunca cuanto pero mejor. Contener la derechización del soldado Sánchez, y evitar que convoque elecciones echando la culpa a Unidas Podemos, pasa porque esta formación permanezca en el gobierno. Desde ahí, hay que delimitar los espacios de responsabilidad, presionar para que las medidas que se ejecuten sean progresistas y trabajar día a día para que se cumpla el acuerdo de coalición.
Entre tanto, con objeto de que la política española no quede sin proyecto progresista federal plurinacional, es imprescindible resolver las dudas sobre el liderazgo. Yolanda Díaz no puede seguir dando la impresión de que deshoja la margarita, ni de que no cuenta con quienes realmente están dispuesto y dispuestas a ser leales a un proyecto de avance democrático. La coordinación y la cohesión, con tintes territoriales federales, entre el liderazgo y los espacios organizados dispuestos a cooperar en un proyecto para España, han de hacerse visibles cuanto antes. Inclúyase en esa coordinación federal de forma substancial a Andalucía. No solo porque será la próxima estación electoral, sino porque por su peso determinará, como ocurrió en la transición, la fuerza futura de un auténtico espacio emancipador para España.
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