Tras un primer y segundo intento de investidura de nuestra señora Presidenta “en funciones” de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se presenta un panorama que no deja de provocar cierto sonrojo en el atribulado ciudadano de a pie que fue llamado a votar a las urnas el pasado marzo. Dos meses después parece que “la vida sigue igual”, como diría Julio Iglesias. ¿En verdad nada ha cambiado? Analicemos la situación.
Con la irrupción de las nuevas fuerzas (Ciudadanos y Podemos), hemos asistido a un cambio de discurso en los dos grandes partidos:
Por una parte, el PSOE se esfuerza en que el lifting, la liposucción, o en último término el photoshop, consiga transmitir a la opinión pública ese “cambio del recambio, del recambio del cambio…” que siempre cala en el electorado, a pesar del agotamiento del crédito. El PP por su parte, parece como el desactivador de bombas, que está dudando entre cortar el cable azul, el rojo o el negro, mientras el contador señala los últimos segundos de la cuenta atrás, y sus compañeros han puesto pies en polvorosa temiendo a la detonación. Sálvese quien pueda. ¿Alguien reclamará el “cadáver” político luego? ¿Qué más da, teniendo esas imponentes piscinas hinchables en el González Hontoria donde refrescar conciencias?
Ciudadanos y Podemos, otrora paladines de un reformismo bautizado maliciosamente como radicalismo por cierto sector de la prensa y la política conservadora, ahora atemperan ánimos, suavizan declaraciones y matizan propuestas, huyendo de la senda marcada que (precisamente) les ha llevado al éxito y al apoyo de tantos miles de ciudadanos. ¿Por qué cambiar el paso justo cuando te invitan a desfilar, almas de cántaro? Cosas veredes…
Y en cuanto a IU, haciendo un símil futbolístico, una lástima que hayan concentrado a su mejor equipo en mucho tiempo, cuando ya terminaron de jugarse el partido, la prórroga y hasta los penaltis. De hecho creo que se montaron en el autobús de camino al estadio, justo cuando se anunciaba su estrepitosa derrota por la radio. Muy mal esos reflejos, señores. Les han adelantado… ¡por la izquierda!
Y entre tanto, como si de un viejo sainete sobre un matrimonio se tratase, Política y Ciudadanía se comportan como el marido que promete cambiar y dejar la mala vida, y la señora que, hasta entonces inflexible, accede a concederle una última y definitiva oportunidad… y es que en el fondo, se quieren con locura. Contigo, pan y cebolla.
Mas pronto que tarde tendremos Presidenta de la Junta, y caminito de las cuatro décadas ininterrumpidas de socialismo en Andalucía. ¿Todavía hay alguien que lo duda? Pues sí… la vida sigue igual. Eso sí, disfruten del espectáculo… que la cosa promete.