Orgullosos de seguir luchando contra la homofobia

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Exigimos a las autoridades rusas y chechenas que investiguen la persecución de las personas LGTBI en Chechenia y pedimos a las autoridades europeas que no cierren los ojos ni a estos ni a otros refugiados.

En Amnistía Internacional estamos orgullosos de que la diversidad sexual se visibilice en la calle y, por eso, solemos apoyar con nuestra presencia las celebraciones festivas del Día del Orgullo Gay y aplaudimos que este año sea Madrid quien acoja el World Pride Madrid 2017.

Pero ni queremos, ni podemos quedarnos ahí. Nosotros luchamos día a día contra la violación de los derechos de la población LGTBI allí donde se produce e intentamos movilizar a la sociedad para que nos ayude. Esa, y no otra, es la razón por la que no se nos suele ver en desfiles, pero sí se nos ve, muy a menudo, con mesas de firmas en cualquier ciudad de nuestro territorio. En estos días hemos estado en ciudades como Córdoba o Granada y eso es lo que hemos hecho.

Este año nos hemos movilizado, entre otros, por los gais de Chechenia, un colectivo que desde el pasado mes de abril está siendo especialmente perseguido. Hace poco más de dos meses nos llegó la noticia de que las autoridades chechenas estaban deteniendo, torturando y matando a hombres gais para acabar con esa "orientación no tradicional". Este hecho suponía pasar de la homofobia social a la homofobia institucional, a una persecución escalofriantemente sistemática.

Ser gay hoy en Chechenia es ser un clandestino que teme por su vida. Las autoridades chechenas niegan la existencia de gais en su país y ellos se ven obligados a vivir como si no existieran, pero los persiguen tanto o más que una sociedad que permite, por ejemplo, que una familia cometa un crimen de honor contra un miembro gay de la misma y le niegue incluso el entierro. Aunque nieguen su existencia, existen y nadie en su entorno puede ayudarlos. Ni siquiera las autoridades que deberían defender sus derechos harán nada por seres que consideran inexistentes y que, sin embargo, humillan públicamente cuando los detienen. Y eso es quizás lo más peligroso, porque en el supuesto caso de que salieran en libertad, será su propio entorno más cercano quien se encargará de castigar su pecado.

Todos los castigos que reciben buscan la humillación pública, además de causarles daños físicos. Tenemos noticias de personas que al ser detenidos han sido obligados a bailar danzas femeninas y a usar nombres de mujer, pero también han sufrido que les pusieran electrodos en los lóbulos de las orejas a modo de pendientes, y otras cosas peores cuya revelación pondría en peligro su seguridad.

No es el colectivo gay el único colectivo que está siendo perseguido en Chechenia, pero sí el que más cruelmente está siendo perseguido en estos momentos. Por eso, intentan huir aunque pocos lo consigan. Según la red rusa de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Personas Transgénero, hay actualmente alrededor de 40 personas que viven en la clandestinidad en Rusia y que tratan desesperadamente de huir del país, porque ningún lugar de Rusia es seguro para ellos.

Nosotros hoy exigimos a las autoridades rusas y chechenas que investiguen la persecución de las personas LGTBI en Chechenia y pedimos a las autoridades europeas que no cierren los ojos ni a estos ni a otros refugiados. Los gobiernos que han alzado la voz  para condenar estas atrocidades tienen que ir más allá garantizando que los chechenos que buscan protección internacional tengan acceso a procedimientos justos de concesión de asilo.

En Amnistía Internacional Andalucía queremos sentirnos orgullosos de seguir luchando contra la homofobia y de que en nuestra tierra se dé asilo a quienes hoy en Chechenia no solo no pueden celebrar el Día del Orgullo Gay, sino que esconden su propia identidad por miedo a perder la vida.

Juan Francisco Villar Caño es coordinador de MMCC de AI Andalucía

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