El odio a las mujeres que defienden los derechos de las mujeres: caso J.K. Rowling

Las agresiones verbales y físicas, las amenazas de muerte, la incitación a los despidos, la cancelación y la violencia y el acoso sistemático contra las feministas no son conductas incluidas en la libertad de expresión

16 de septiembre de 2025 a las 10:27h
J K Rowling.
J K Rowling.

Es una constante universal que cada vez que las mujeres exigimos avances en derechos o nos rebelamos contra retrocesos se activa, entre otras represalias, una operación de persecución y castigo severo contra las feministas con fines disuasorios. Además de la violencia y amenazas físicas y verbales de siempre, en la actualidad se ha ido a más y se equipara a las feministas con los nazis y se nos acusa de delito de odio por el mero hecho de defender nuestros derechos, evidenciando una inversión orwelliana de los valores democráticos.

J.K Rowling: cuando las amenazas se disfrazan de activismo

De todas las mujeres occidentales que están sufriendo acoso y violencia en todas sus formas por defender los derechos de las mujeres, J.K. Rowling destaca de forma especial, pues se trata de una mujer archifamosa en todo el mundo por ser la creadora del universo Harry Potter y porque el éxito de su saga la ha convertido en una mujer multimillonaria que, sin embargo, no resulta invulnerable frente a los ataques gratuitos que debe afrontar injustamente, que de vez en cuando comportan amenazas de muerte, recientemente reiteradas.

El asesinato de Charlie Kirk, el activista ultraconservador cercano a Trump, ha desencadenado una peligrosa espiral de violencia retórica en redes sociales. Entre las reacciones más alarmantes e insólitas se encuentra las amenazas dirigidas hacia la escritora británica J.K. Rowling, quien se ha convertido en blanco de una nueva ola de hostilidad por su defensa inquebrantable de los derechos de las mujeres basados en el sexo y la libertad de expresión. Aunque la escritora no guarda relación con Kirk, y condenó la violencia política defendiendo los principios democráticos básicos, no ha podido evitar que esta última oleada de odio digital la alcance una vez más.

La defensa de los derechos de las mujeres no es odio

Defender los derechos propios es un acto legítimo y de obligado cumplimiento, que hace inconcebible que se pueda acusar de odio a las mujeres que defienden los derechos de las mujeres y niñas. A este respecto, es preciso aclarar un punto que sistemáticamente se tergiversa en el debate público: J.K. Rowling ha defendido de forma firme y fundada los derechos de las mujeres y niñas basados en el sexo, conforme la normativa que nos protege, cumpliendo el deber que tenemos todas las mujeres de preservarlos; pero no ha atacado a las personas trans ni ha promovido el odio hacia ningún colectivo.

Sus declaraciones públicas siempre han sido respetuosas y legítimas, en ejercicio de su libertad de expresión y centradas en tres pilares fundamentales en los que se basan los derechos de las mujeres y menores: el derecho a la definición biológica del sexo, postura recientemente respaldada por el Tribunal Supremo británico; la preservación de espacios seguros para mujeres y niñas. Y la protección de menores frente tratamientos médicos y quirúrgicos irreversibles realizados en niñas, niños y adolescentes que se autoidentifican como trans por autodiagnóstico.

La postura de Rowling sobre estos temas está fundada en la ciencia y las normas que protegen a las mujeres y menores, y es compartida por múltiples profesionales del Derecho y ciencias y disciplinas relevantes en la materia, tanto en el Reino Unido como en buena parte del mundo. Y, lo que es más importante, ninguna de sus posturas constituye en absoluto "discurso de odio". Simplemente, es feminismo: defensa de los derechos y libertades de las mujeres y niñas.

El feminismo silenciado: cuando la estrategia es la intimidación

Lo que estamos presenciando contra J.K. Rowling, y todas las mujeres críticas con la identidad de género, es una estrategia sistemática para silenciar las voces feministas que no se alinean con una narrativa del dogma queer. Las mujeres que expresan preocupaciones sobre el vaciamiento de los derechos basados en el sexo se enfrentan a campañas de desprestigio coordinadas, acusándolas de "transfobia" o "intolerancia", e incluso de “nazismo”; amenazas y violencia física y verbal; cancelación profesional, con la pérdida de empleos, contratos y oportunidades académicas; acoso digital, que en ocasiones se extiende a amenazas a sus familias, entre otros. Esta táctica de intimidación misógina no solo es moralmente reprobable, sino que constituye una violación flagrante de los derechos fundamentales a la libertad de expresión y la participación política de las mujeres, infringiendo las leyes y normas constitucionales e internacionales más básicas en las que se funda la democracia.

Si hay violencia, se pierde legitimidad

Las agresiones verbales y físicas, las amenazas de muerte, la incitación a los despidos, la cancelación y la violencia y el acoso sistemático contra las feministas no son conductas incluidas en la libertad de expresión y no están amparados por ninguna protección constitucional. En el Reino Unido, donde reside Rowling, este tipo de conductas están tipificadas en diversas leyes que deberían proteger a la escritora y que imponen el deber legal a las autoridades británicas de investigar y procesar estas amenazas, so pena de incurrir en una grave omisión del deber de cumplir y hacer las leyes que protegen a las mujeres.

Por su parte, las redes sociales se han convertido en instrumentos que se utilizan para amplificar exponencialmente la capacidad de coordinar campañas de acoso, amenazas y cancelación. Las redes sociales tienen la responsabilidad legal y ética de eliminar el contenido que suponga amenazas o violencia, así como suspender cuentas que participen en campañas de acoso coordinadas, implementar algoritmos que no amplifiquen contenido violento, cooperar con las autoridades en la investigación y actuar en cumplimiento de la ley para evitar incurrir en complicidad con los violentos contra las mujeres, tal y como dictan las leyes británicas: Communications Act 2003, Protection from Harassment Act 1997 y, entre otras, la Public Order Act 1986, contra la incitación a la violencia.

Las razones para amar a Joanne Rowling

Joanne Rowling no solo es una de las escritoras más influyentes y exitosas, con más de 600 millones de copias vendidas en todo el mundo (la tercera de todos los tiempos) y la artífice de que millones de niñas y niños se aficionaran a la lectura; sino que es una aguerrida defensora de los derechos de las mujeres y niñas y auténtica mecenas del feminismo. Como sobreviviente de violencia machista, Rowling ha utilizado parte de su fortuna personal para financiar causas que salvan vidas. En 2021, donó secretamente cientos de miles de libras para evacuar a más de 100 juristas afganas y sus familias (508 personas en total) amenazadas por el régimen Talibán. A través de su fundación Volant (2000) ofrece atención a mujeres y menores en situación de riesgo; y mediante su fundación Beira’s Place (2022), ofrece refugio para víctimas de violencia sexual.

Igualmente, ha destinado importantes fondos a la defensa legal de las mujeres. En 2024, donó £70.000 a For Women Scotland, contribuyendo a la causa que terminó en victoria en la Corte Suprema del Reino Unido, conforme la cual se reafirmó que la definición de sexo bajo la Equality Act 2010 está vinculada a la biología. En 2025, lanzó el JK. Rowling Women’s Fund con £1.2 mil millones para financiar litigios que defiendan los derechos de las mujeres.

Una heroína de nuestro tiempo

En una sociedad libre y democrática, las mujeres deberíamos poder expresarnos sin temor a represalias, violencia, persecución y sanciones. El caso de Rowling revela una paradoja inaceptable: en nombre de la "inclusión", se está permitiendo la exclusión, los ataques y el silenciamiento sistemático de las mujeres que defienden nuestros propios derechos.

Por su lucha en nuestra causa, J.K. Rowling se ha convertido, involuntariamente, en un símbolo de resistencia contra el totalitarismo ideológico y la misoginia institucional y en redes. Las amenazas contra ella no son solo ataques contra una mujer; son ataques contra el mismo derecho de todas las mujeres a participar en el debate público sobre nuestros propios derechos y ejercer el derecho y el deber de preservarlos. Por esta razón, es justo situarnos del lado de J.K. Rowling, una de las mayores defensoras de los principios democráticos fundamentales de occidente, del que forma parte el feminismo, el movimiento para la emancipación de las mujeres que propende por el reconocimiento de la igual dignidad y humanidad de mujeres y hombres.

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