Concierto de Loquillo, en julio pasado.
Concierto de Loquillo, en julio pasado.

Nunca creí que fuera a escribir sobre el tema, pero una publicación que vi en Facebook me hizo cambiar de opinión. Decía literalmente: “Esto es lo que hubo ayer en la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María, que no mientan más los medios serviles del Gobierno Socialcomunista”. Con ello iban siete fotos. Una señora echándole espray a un cojín a rayas, otra señora a la que le toman la temperatura y el resto de fotos eran de las gradas en distintos ángulos.

Con estas últimas fotos intentaban hacer ver que había cruces señalizando donde no te podías sentar, pero ni en sus propias fotos se cumplía con la distancia de seguridad. 50 centímetros no arreglan nada, e igualmente al de delante le respiras en la nuca. Aparte, las fotos eran de cuando entraba la gente y se acomodaba, por lo que tampoco son especialmente representativas. Se intenta justificar lo injustificable y de paso arremeter contra la prensa y el gobierno, como si fuera a colar tal estupidez. Sorprendentemente entre algunos cuela, no sé si porque también son estúpidos o por fe ciega.

En cualquier caso, las corridas de toros son algo anacrónico, y en tiempos del covid están más que de sobra. En el siglo XIX o incluso a mitad del XX no te diría que no. En comparación con ahora no había mucho con lo que entretenerse, así que ¿por qué no ver un combate a muerte entre un señor con capa y espada y un animal que podría destrozarlo entero? Sin embargo, hoy día, existe la radio, la televisión, internet y hasta Netflix. Si quiero ver a alguien debatirse entre la vida y la muerte con cualquier película de Bruce Willis vale.

Este tipo de espectáculos desaparecerá tarde o temprano, al igual que desaparecieron las ejecuciones públicas donde una turba furiosa exigía que se le aplicara justicia al reo. Se trata de una alternativa de ocio cruel, fácilmente sustituible. Sin embargo, la persistencia de los ultraconservadores hace que la única forme de acabar con la tauromaquia sea prohibiéndola. Para su suerte, cuentan con diversos apoyos institucionales, en este caso del gobierno municipal del Puerto.

Lo visto en esa plaza de toros es más que reprochable. Así es como nace el siguiente montaje. En el cartel de una corrida pone: Concierto de Verano, 15 de agosto 2020. Más Madera, Judas Priest, Iron Maiden. Si la autoridad lo permite. Que lo permitirá porque hay un torero en el cartel. La verdad es que toca la moral no poder ver música en directo por responsabilidad ante una pandemia y que luego ocurran estas cosas.

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído