Juanma y Pedro, Pedro y Juanma, han acudido a Pino Montano. Porque se inician las obras para las tres estaciones que tendrá el barrio hacia el Prado, haciendo paradas en centros sanitarios, ya sea el hospital Virgen Macarena o ya sea Cruz Roja. El acto iba de lo que se va a hacer. Pero también se ha hablado de lo mucho que queda por hacer.
El caso de Sevilla con el Metro es de estudio. Resulta que el AVE llegó a Sevilla en el 92 porque fue impulsado desde Andalucía... y desde Madrid. Es evidente e innegable que Sevilla tuvo presidente y vicepresidente del Gobierno, y que aquello influyó en estrenar la alta velocidad. Pero, ¿qué ha provocado desde entonces?
Pues que ha habido que evitar agravios con el resto de provincias. A nivel nacional y a nivel andaluz. El Estado, estos años, ha ido compensando a otras provincias. Y la Junta, sacudirse aquello de que estaba siendo sevillanocentrista.
Sea como fuere, Sevilla es tercera ciudad andaluza y tiene una sola línea de Metro. Esta ha servido no para hacer provincia, sino para convertir algunas localidades en ampliación de la ciudad. Solo hay que comparar el precio de las viviendas en Mairena del Aljarafe, donde hay Metro, con cualquier otra localidad, incluso más cercana pero peor conectada. ¿Dónde se están comprando casas los abogados y abogadas de Sevilla? Con una parada en el Prado de San Sebastián, cada vez hay menos motos aparcadas y más trajes emergiendo de la parada del subsuelo.
No hay explicación para lo que ocurre con la movilidad en Sevilla. Tussam no gusta a todos, pero seguramente es la mejor red de autobús municipal de Andalucía, y una de las mejores de España. Que en horas puntas se pueden llenar algunas líneas, que ojalá hubiera más frecuencia, claro. Con la complicación que tiene Sevilla, ha venido a sustituir a ese Metro que Sevilla no tiene, al menos para el primer anillo alrededor del casco histórico, los circulares especialmente. Un esfuerzo que sale de Sevilla, a pulmón, del Ayuntamiento, de este y los anteriores. Y que da cierta certidumbre de que, aunque no sea tan cómodo como el transporte privado, o tan directo, uno llega casi desde cualquier barrio a cualquier otro barrio.
La movilidad es el gran sonrojo histórico para las dos grandes administraciones públicas, Estado y Junta. Y han venido a reconocerlo, implícitamente, Pedro Sánchez y Juanma Moreno en sus alocuciones durante el acto de primera piedra, que por cierto, no ha tenido primera piedra. Falta cerrar la SE-40, aunque parece que ya hay luz al final del puente, aunque no sea túnel. Eso descargará a finales de la década mucho tráfico que hoy colapsa cada día el entorno del Aljarafe. Falta una conexión por tren con el aeropuerto, suplida, en realidad, de nuevo, con Tussam, eficiente al menos para los sevillanos cuando suben y bajan del avión, si bien no tanto para el turista, que siempre teme algo más meterse en un autobús.
Si la condena de Sevilla históricamente ha sido el AVE, si para evitar sensación de agravio entre el resto de provincias se ha descuidado la capital y su área metropolitana, ya sería hora de arreglarlo. Ya apenas que dirigentes que anduvieran ejerciendo allá por el 92. Los curritos jóvenes de entonces que iban pariendo niños hoy están jubilados. 32 años hace ya. A lo mejor en los 90 valió aquello de "es que tienen AVE". De hecho, Pedro Sánchez ha asegurado que en su Gobierno se han puesto en marcha medidas comparables a la gran inversión del 92. Digan lo que digan las cuentas, la sensación, desde luego, no es la de que Sevilla esté en transformación.
Más que este 8 de abril, podrían haber coincidido Moreno y Sánchez el 15 de abril, cuando estemos en Feria. Ahí sí se verá que la Línea 1 actual no solo es que es poca cosa, sino que no funciona bien. Prepárense los vecinos del Cerro o Nervión para el arrime y el olor a sobaquera por la falta de trenes.
No olvidemos: este lunes se inauguran las obras en suelo urbano de la Línea 3 del Metro. Llegará, con suerte, para 2030, y solo para un tramo. La Línea 2, parece, ha recibido un pequeño impulso, pero se encuentra aún en estudio, en proyección. A lo mejor, para cuando la Línea 3 esté funcionando -no digamos la 2-, los curritos de hoy, los que necesitan el Metro hoy, lo estrenarán de verdad cuando estén jubilados. Y la culpa no podrá ser del AVE.
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