Sevilla 2030, el parné está en el transporte: Tranvibús, Metro, Metrocentro, SE-40 y Santa Justa

El reto en los próximos años, como marcan las últimas grandes inversiones de la ciudad, es lograr alternativas para que más ciudadanos puedan moverse alrededor del área metropolitana y dentro de la propia capital. Las urgencias no son pocas si Sevilla quiere ser una gran capital

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Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

Las obras del Metrocentro de Sevilla, en Nervión, que estará conectado con Santa Justa y Plaza Nueva.
Las obras del Metrocentro de Sevilla, en Nervión, que estará conectado con Santa Justa y Plaza Nueva. MAURI BUHIGAS

Dentro de poco más de seis años llegará 2030. Está tan lejos del calendario como lo está 2017. O sea, a la vuelta de la esquina. Porque el tiempo, dijo Einstein, es relativo. Él se refería a magnitudes galácticas, claro. Pero solo hace falta pensar en coger un tren en Santa Justa para pensar que la percepción de cada individuo del tiempo es diferente. No es lo mismo, por ejemplo, viajar en el Metro un día de Halloween que un sábado cualquiera en el que no haya fútbol.

Sevilla tiene muchas necesidades. Los colegios se quedan antiguos, los tres hospitales y muchos centros de salud en la capital no sirven para calmar la situación de colapso en diversas áreas. Hay barrios que son pobres y en 2030 seguirán siéndolo. Hay pueblos con paro estructural que seguirán sufriéndolo. Si llega un ciclo de años de lluvias, quizás la sequía pase al inicio de la próxima década, pero, o mucho cambia la cosa, o en muchas localidades seguirán bebiendo agua de pozos. Y estos son asuntos clave. Pero el parné, a futuro, para la transformación de Sevilla, desde la capital a sus coronas del área metropolitana, pasa por la movilidad. 

Maldito parné. Porque la economía es la ciencia de administrar recursos escasos. El coste de oportunidad, uno de los términos más básicos en el estudio de la economía, implica todo aquello que dejas de adquirir o de ahorrar cuando gastas en algo. En Sevilla, el coste de oportunidad serán ciertas necesidades históricas porque el futuro estará en el transporte. Las grandes futuras inversiones, parece, buscarán reducir el colapso en la movilidad.

El Ayuntamiento de Sevilla, por ejemplo, piensa en aparcamientos cerca del centro. Serán espacios para permitir que vecinos de otros municipios o de barrios periféricos tengan dónde dejar el coche. Lo hace, además, sacrificando el Plan Respira, en el que se englobaban otras medidas en paralelo a las zonas de bajas emisiones, que deberán aprobarse a lo largo de 2024 e impedir que vehículos contaminantes circulen por zonas como el centro de Sevilla, el centro de Triana y La Cartuja.

Sevilla necesita mejoras hacia el exterior, pero, sobre todo, reclama conectarse mejor interiormente, para que el área metropolitana crezca con la capital

Además, se pondrá en marcha el Tranvibús, un sistema de lanzadera para conectar Sevilla Este con el resto de la ciudad: carril único para estos vehículos eléctricos y que acerquen a Santa Justa una zona que ha ido en crecimiento, y donde familias jóvenes han ido comprando viviendas como alternativa a vivir en el Aljarafe. La alternativa rodada al Metrocentro, su continuación. Nadie sabe si recibirá más impulsos una línea que entra en territorio Tussam, pero que ha sido tan eficiente como el Metro, aunque tenga tantos detractores. Nadie olvida que el PP siempre le tuvo tirria. Y eso, cuando está claro que es más rápido y barato que soterrar.

El Metro se llevará buena parte de las grandes inversiones. 122 millones incluye el Presupuesto andaluz presentado oficialmente este martes. Un Metro de Sevilla que llevaba enorme retraso (de décadas de retraso). El tramo norte estará cofinanciado por Junta y Gobierno. Y parece que se reactiva la Línea 2. Según informa Diario de Sevilla, en las cuentas se incluye un estudio para retomar una vía necesaria para cualquiera que tenga cierto trastorno que le obligue al orden: porque se construirá antes la Línea 3, que a lo mejor habría que dejar de llamarle Línea 3.

El gran caballo de batalla, menos popular pero más necesario, es cerrar la circunvalación sevillana. Hoy, dos vías no conectadas entre sí se llaman igual, SE-40. De Espartinas a Coria, por un lado, y de Dos Hermanas a los alrededores del aeropuerto. Esa carretera vale para cualquiera que venga desde Córdoba y vaya para Cádiz. Y, claro, para muchas localidades. Es necesario conectar Sevilla con su segundo anillo. El Gobierno tiene compromiso, pero otras infraestructuras son más rentables electoralmente. A esto se suman otros problemas de la provincia: es necesario mejorar las conexiones de las autovías que la cruzan. Hay pueblos pegados a la A-92 que ni la huelen, y que a cuenta de ello pierden oportunidades industriales. Por no hablar de que hay pueblos por los que es más fácil llegar desde Málaga y la Sierra de Grazalema que desde la capital de su provincia. O pueblos que tienen como referencia localidades extremeñas. La mejor noticia es el impulso al tranvía de Alcalá, una conexión con el metro y que hace un gran favor a la movilidad con una localidad que es pura área metropolitana. Unos 160 millones va acumulando en los últimos tiempos. Lo mismo que las líneas de Bus directas, lanzaderas a la capital.

Y a todo esto, queda la gran asignatura pendiente, Santa Justa. Más importante que el aeropuerto, seguirá creciendo con la llegada en el futuro de más frecuencias de compañías privadas, que en diciembre se estrena ruta a Madrid y Barcelona. Pero es que los que hay de Renfe, actualmente, llegan tarde con frecuencia. Eso hay que arreglarlo o el destino pierde calidad. El aeropuerto no tiene mucha solución: es de compañías low-cost si se compara con Málaga. Permite conexiones con Madrid, pero el revulsivo no está en Aena ni en Iberia. La clave pasa por las vías del tren. El Gobierno no va a eliminar la ruta con Madrid, que surte a un millar de personas cada día. No es poco, pero tampoco es diferencial. 

La clave del turismo, en principio, parecería que va por las conexiones con el exterior, los citados Santa Justa y aeropuerto. Pero, en realidad, lo que va a demandar el sector no es que vengan muchos más visitantes, sino que estos puedan moverse en un área mayor con comodidad. Por eso, si Sevilla sigue creciendo en coste por noche, son las localidades de alrededor las que a largo plazo harán que crezca la demanda de destinos cerca de la capital. Hablamos de crecimiento de turistas en Semana Santa, Feria, eventos y hasta un Mundial.

Teóricamente, el Festival de Cine de Sevilla tendrá versión reducida porque la ciudad, dijo el Ayuntamiento, no podía absorber a tantos visitantes en los mismos días que los Grammy Latino. ¿Qué habría pasado si Álex de la Iglesia y Bad Bunny, o sus troupes, tuvieran alternativas a 20 minutos del epicentro fuera de la ciudad? ¿Hoteles de lujo en Dos Hermanas muy accesibles y cercanos al centro, donde se mueve mucho de lo paralelo a los grandes eventos? Sevilla es Sevilla y su contexto, parafraseando a Ortega. Su contexto con el que no está conectado sin atascos en horas punta. Lo fundamental de Sevilla está en el transporte, en crecer hacia dentro. Por ahí, parece, irán las inversiones importantes. 

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