No somos realmente conscientes

Me ha impresionado la hipocresía de algunas personas que, aunque ahora rechacen la guerra y apoyen al gobierno ucraniano, hace relativamente pocos años exhibían pancartas a favor de las milicias del Donbás

Tanques en el centro de Kiev. No somos conscientes. Columna de Pablo Cabello
Tanques en el centro de Kiev. No somos conscientes. Columna de Pablo Cabello

Cada vez, lo que está pasando en Ucrania sale más frecuentemente a conversación. "¿Cómo va la guerra?" se ha convertido en una pregunta frecuente. Es curioso como la mayoría de la gente se refiere al tema como “la guerra”, obviando momentáneamente los otros 64 conflictos armados en activo que hay en todo el mundo. Sin embargo, este eclipse es completamente razonable, ya que solo ese es capaz de arrastrarnos a una Tercera Guerra Mundial o a un apocalipsis nuclear. No cabe duda de que el tema es realmente serio, pero a pesar de ello, como sociedad estamos cayendo muy bajo, y es que no estamos a la altura de las circunstancias.

Los memes de la guerra son el día a día en las redes sociales, banalizando hechos muy graves como una agresión injustificada, la muerte de civiles y una crisis de refugiados incipiente. Aun así, parece que hay quien no puede resistirse a compartir fotos de Hasbulla subido a un tanque y decir que los rusos todavía se están guardando su arma definitiva. También hay quienes después de reírse se dan cuenta de que viven a menos de tres kilómetros de una base norteamericana, pero no por ello paran de reírse. Hay quien podría pensar que es una vía de escape para tanta tensión, pero sinceramente, dudo que su origen esté en eso.

De estos primeros días de conflicto estoy sacando demasiadas reflexiones. Puedo llegar a entender cómo hemos llegado a estos límites del humor, pero apenas tengo palabras para expresar la mezcla de insensibilidad, infantilismo y falta de perspectiva que nos ha llevado a esto. También me ha impresionado mucho la hipocresía de algunas personas que, aunque ahora rechacen la guerra y apoyen al gobierno ucraniano, hace relativamente pocos años exhibían pancartas a favor de las milicias del Donbás en su supuesta lucha antifascista contra el entonces nuevo gobierno ucraniano. Luego está la ultraderecha de aquí acusando al gobierno de socios de Putin. Todo el mundo rechaza unánimemente la guerra, pero después atendiendo a los matices de quien entone el “no a la guerra” te encuentras una serie de intereses bastante inoportunos. El panorama es cuando menos esperpéntico, una historia de locos. Solo que, esta vez la historia no termina con un fundido en negro, sino con un destello blanco.

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