La presidenta andaluza durante una sesión del control al Gobierno.
La presidenta andaluza durante una sesión del control al Gobierno.

Los pasillos del Parlamento han vuelto a albergar los corrillos que cada pleno, desde hace ya meses, tienen por única conversación la fecha de las elecciones autonómicas. Periodistas, señorías de todas las bancadas y miembros de los equipos de las Consejerías van lanzando al aire posibles domingos de elecciones con su consiguiente explicación. Todo el mundo lo sabe de buena tinta, todo el mundo conoce la estrategia. Sin duda, alguien acertará: no queda ningún domingo libre de apuesta del 2 de diciembre hasta el final de la legislatura.

Es muy ilustrativo que no se hable de otra cosa porque, de hecho, no hay otra cosa de la que hablar. Los temas más graves están empantanados, guardados en un cajón o directamente peor que cuando el gobierno de Susana Díaz se interesó por ellos. No hay normativa para enfriar los precios del alquiler o romper la estacionalidad turística. No hay solución para las litas de espera en el SAS. No hay cumplimiento de las cláusulas sociales y medioambientales que nacieron para fomentar la contratación de calidad y las buenas prácticas. No hay apoyo al comercio tradicional y de proximidad. Los grandes proyectos cumplieron su función propagandística al ser anunciados, y su conversión en leyes no parece necesaria. La apatía, la indolencia y la autocomplacencia de este gobierno inútil se traduce en el paro, la precariedad y la temporalidad que sufren millones de personas en Andalucía. Ver a Sánchez en el gobierno estatal, resucitado, mientras ella languidece en San Telmo… ¿quién se pone a gobernar con ese desánimo a cuestas?

Sin proyecto, sin ganas, y viviendo la presidencia de la Junta como un premio de consolación después del batacazo orgánico, a Susana Díaz se le debe estar haciendo eterna la legislatura, o al menos, tan larga como a nosotras el tantas veces anunciado “de buena tinta” adelanto electoral. Así que, tirada la toalla ejecutiva, sin elementos novedosos ni políticas de porte sobre la mesa, sólo queda la convocatoria electoral. Bueno, hay algo más: un escandaloso despliegue de publicidad institucional que nos está costando una fortuna. Millones de euros para enjuagar este erial en el que se ha convertido el consejo de gobierno.

Da igual que no haya motivo alguno, ninguna “percha” de la que colgar el decreto de disolución. Es bastante motivo no querer o no saber hacer nada más, habernos conducido al hartazgo más absoluto, con esa letanía de pretendidas ofensas y sobreactuación cansina de argumentario y chulería. Este gobierno no da más de sí, y alargar por unos meses la legislatura sólo sirve para mantener estos corrillos quincenales y alguna porra. A Andalucía no le sirve para nada.

Cierto es que debe dar vértigo presentarse a unas elecciones con tan endeble hoja de servicios. Este gobierno está en parada y la publicidad institucional apenas alcanza para mantener el espejismo de una Andalucía estupenda y un gobierno eficaz que sólo existe en los discursos de la presidenta, del gobierno y de su grupo parlamentario. Que sólo existe para el PSOE andaluz. Ese que insta presentar candidatura del espeto como Patrimonio Cultural Inmaterial ante la UNESCO y no mueve un dedo ante la situación crítica de la sardina en el Golfo de Cádiz y las consecuencias de ello para cientos de familias que viven de la mar. Ese PSOE de ruptura de la estacionalidad que se olvida de dos provincias andaluzas en una campaña de promoción del turismo gastronómico. El que encuentra dinero para el hyperloop y no para que los colegios dejen de ser cocederos.

Ese PSOE de la tele gratis en las habitaciones de los hospitales y ambulancias sin personal sanitario. Ese PSOE, ese gobierno y esa Presidenta, que por nuestro bien tiene que convocar elecciones sin demora. Hoy se lo ha pedido Antonio Maíllo en la sesión de control. No va a hacerlo por eso, pero ¿y por todo lo demás?

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído