No es otra guerra más. Es una provocación directa de Estados Unidos contra China y Rusia. Es seguidismo de la guerra de Israel contra la Humanidad. Es una carrera armamentística impuesta por Estados Unidos, a través de la OTAN, que favorece muchas otras guerras y que empobrece a muchas personas en todo el planeta, además de matarlas de hambre o bala, o herirlas.
No es otra guerra más. Es un paso más, sobre los ya dados, para hacer del mundo un lugar sin Ley, sin reglas de ningún tipo, y para declarar la derogación de toda ética e instaurar el capricho. ¿Irán no puede tener la bomba atómica, pero Israel sí?
Primero fue la guerra de los aranceles, una guerra de Washington contra el mundo. Ahora es el ataque contra Irán. Trump nos somete constantemente al shock de una nueva acción disparatada y una parte del mundo tarda en reaccionar: Europa teme que Estados Unidos la abandone y Rusia avance contra ella. La falta de empoderamiento de Europa, ante sí misma, la hace acomplejada, muy débil, con una personalidad adolescente o de vieja gagá.
El Derecho Internacional ya fue muchas veces destruido, no hay novedad en esto. La falta de respeto por el orden legal, interior o internacional, es cosa vieja. Lo nuevo, quizá, es el modo desvergonzado que tiene de presentarse su presidente contra todo orden y sin ninguna ética. Lo novedoso es el adolescente matón de patio de colegio al frente de uno de los ejércitos más destructivos del mundo. Y, sumado a esto, que haya tantas personas con derecho a voto que aplaudan a un chisgarabís tan peligroso; que no lo consideren una marioneta, a pesar de que esas mismas personas creen todo el tiempo en contubernios y conjuras. La novedad es, en verdad, que nunca antes la estupidez gobernó el mundo de modo tan claro y directo, que esa estupidez es una performance a la que las gentes aplauden y que esconde la peor dictadura moral que nadie quiera imaginar. Lo peor es que esa dictadura moral será el caos más completo, donde la única Ley será la del sálvese quien pueda. Es la Ley del salvaje oeste, como en las películas del oeste de Hollywood, pero con bombas atómicas. Los genocidios ya los mostraba Hollywood sin cortapisas. Roma tarde en caer.
Ahora vienen a decir que en Irán hay un régimen terrible: comienzan a crear un relato de heroísmo contra Irán. Ya lo hicieron antes contra Iraq, contra Vietnam, contra Corea, contra, contra, contra: contra Latinoamérica. Ahora empezarán a tomar posición las cátedras de taberna y las playas achicharradas por el cambio climático negado por el matón de patio de colegio y todos lo que lo encuentran simpático. El cambio climático sería un contubernio, pero el presidente de Estados Unidos es él mismo, él solo, sin conjuras ni conspiraciones y con contra vacunas. Que ya se sabe que las vacunas podrían ser producto de un “contubernio judeo-masónico-comunista” internacional. Hay algo de cierto en que el mundo se volvió loco, hace ya tiempo, y que ahora vuelve con insistencia esa locura. Eso sí, por favor, dejen en paz a los judíos y no los identifiquen con el Estado de Israel.
Bueno, llega el verano, esta misma noche es la noche de san Juan.
