urgencias Jerez
urgencias Jerez

No se preocupen, que no tendrán ningún problema siempre que estén como una pera, ustedes y sus hijos y progenitores, claro. 

Puestos a tirar de titulares tópicos y recurrentes donde los haya, andaba dubitativo entre 'Aquí no hay quien enferme' o 'No es ciudad para enfermos', más en línea con el cabecero de mi sección semanal. Perdonen que no me haya calentado mucho la sesera, pero otras preocupaciones bullían en mi cabeza cuando constataba en varios medios las carencias del Servicio Andaluz de Salud (SAS o más bien SOS) en Jerez. El PSOE podrá apresurarse a negar lo evidente, pero lo cierto es que cualquiera que haya tenido una urgencia, entre ellos por supuesto un servidor, habrá creído entrar en un hospital de campaña en Zimbawue –o ahora que está tan de moda, Venezuela- cuando le han tenido que aplicar remedios ante problemas tan nimios como una fractura ósea.

Menos mal que nunca me ha tocado estar en la piel de esa anciana octogenaria de Cuartillos que ha tenido que pasar varios días en el Hospital, con su familia turnándose, porque los médicos no daban abasto para una operación urgente de cadera. Todo ello después de un traslado complicado en ambulancia, que en esta ciudad también escasean. Que se lo digan si no a la pareja de otra mujer, la atropellada en la avenida de Europa, que vio cómo se demoraba este servicio de urgencias hasta cuarenta minutos y luego tuvo que esperar mucho más de lo deseable para que la atendieran en el centro sanitario.

La conclusión que saco de estos casos no puede ser otra, aunque sea un tópico: no es una ciudad para enfermos, sino para estar requetesanos. No se preocupen, que no tendrán ningún problema siempre que estén como una pera, ustedes y sus hijos y progenitores, claro. Entonces podrán reírse de todos aquellos enfermizos que se quejan de vicio en las páginas de los medios locales. Yo mismo estoy pensando en no salir de mi casa ante la ola de frío que se avecina la semana que viene, no vaya a ser que coja una bronquitis y mi pareja me tenga que velar en casa a base de brandies y cataplasmas, como se hacía antiguamente. Lo dicho. Cuídense.

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