Más guardias civiles como Juan Antonio Delgado, por favor

El diputado gaditano Juan Antonio Delgado, guardia civil en excedencia, ha retrasado su vuelo a la tarde para aprovechar y llevar un ramo de flores a los republicanos españoles de La Nueve

Raúl Solís

Periodista, europeísta, andalucista, de Mérida, con clase y el hijo de La Lola. Independiente, que no imparcial.

El diputado gaditano Juan Antonio Delgado, guardia civil en excedencia, ha retrasado su vuelo a la tarde para aprovechar y llevar un ramo de flores a los republicanos españoles de La Nueve.
El diputado gaditano Juan Antonio Delgado, guardia civil en excedencia, ha retrasado su vuelo a la tarde para aprovechar y llevar un ramo de flores a los republicanos españoles de La Nueve.

En París se ha celebrado este fin de semana una cumbre de parlamentarios de todos los países de la Unión Europea para abordar las cuestiones de seguridad y defensa que, por desgracia, tan de moda están estos días que Ucrania está siendo bombardeada por la Rusia de Putin, quien ha instalado un régimen político que combina las peores prácticas del estalinismo y del capitalismo.

Políticos de todos los países de la UE, entre ellos varios españoles, se han dado cita en el Senado francés para debatir de qué manera se defiende mejor la UE, si es ya hora de que tengamos un Ejército común y una voz unívoca como espacio europeo en un contexto internacional donde la UE asiste como invitada de piedra a un conflicto en su propio territorio entre Rusia y Estados Unidos.

Terminada la cumbre, todos los diputados internacionales, entre ellos también los españoles, cogieron sus respectivos aviones de vuelta a casa. Bueno, todos no, el diputado gaditano de Unidas Podemos, Juan Antonio Delgado, guardia civil en excedencia, ha retrasado su vuelo a la tarde para aprovechar y llevar un ramo de flores a los republicanos españoles de La Nueve, la división de 150 españoles que se huyeron del franquismo -nombre con el que en España llamamos al fascismo- para volver a enfrentarse de nuevo a las garras del fascismo en Francia.

En cualquier otro país los 150 españoles de La Nueve, quienes pusieron su cuerpo para liberar París de los nazis, tendrían calles, polideportivos, plazas, institutos, hospitales, biblitoecas y salones nobles a su nombre. En España, sin embargo, las calles están puestas a nombre de la División Azul, los voluntarios franquistas que se alistaron en el Ejército de Hitler para que el nazismo venciera en toda Europa.

Si malo fue para la memoria democrática los 40 años de dictadura, peores han sido los 40 años siguientes donde partidos progresistas, con mayorías absolutas aplastantes, han sido incapaces siquiera de honrar la memoria de los hombres y mujeres que dieron su vida por la libertad y con sus huesos en los campos de concentración nazis. Esta desmemoria es la causa de que el kilo de democracia en nuestro país esté tan barato y de que los demonios hayan resucitado sin que algunos se atrevan a llamar fascismo al fascismo.

No debería ser excepcional que un diputado y guardia civil como Juan Antonio Delgado depositara un ramo de flores en homenaje a los republicanos de La Nueve tras una visita a París, pero lo es. Lo es porque no es normal que un guardia civil tenga un concepto de patria radicalmente democrática y mire de tú a tú al fascismo que mató también a muchos guardias civiles y militares que se mantuvieron fieles a la legalidad republicana frente a los golpistas franquistas. No es normal en un país como España que un guardia civil honre la memoria de quienes dieron lo mejor de su vida por defender la democracia en Europa, creyendo erróneamente que la caída del nazismo abriría luego las grandes avenidas de la libertad en España.

El fascismo cayó en Europa en 1945, pero en España no caería hasta casi 35 años después, si es que podemos decir que cayó el franquismo en su totalidad en una democracia donde los jueces, altos funcionarios y policías franquistas que reprimieron las libertades del pueblo siguieron ejerciendo sus labores sin hacer siquiera un curso rápido de democracia. Ojalá muchos más diputados y guardias civiles como Juan Antonio Delgado que nos recuerden que defender a la patria es es defender la democracia. El honor sí es su divisa.

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