Un lugar en el mundo: los hombres trans

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Miembro de la Asociación de Hombres Igualitarios de Andalucía. (A Rocío siempre, antes, después y luego)

Un lugar en el mundo: los hombres trans. Autor: pixabay.com
Un lugar en el mundo: los hombres trans. Autor: pixabay.com

El proyecto de ley de libertad sexual que prepara el gobierno está levantando tanta polvareda entre el movimiento feminista, que dificulta la compresión de las realidades personales y sociales que se pretenden regular con el objetivo de reconocer y ampliar sus derechos.

Esta polvareda que se vive casi en exclusiva en el seno del feminismo y no entre este y el colectivo trans, está dejando damnificados y damnificadas, las más vulnerables, oprimidas y marginadas, las personas trans.

Los hombres igualitarios asistimos perplejos a esta controversia, sin tener clara la postura que debemos adoptar, y sin ni tan siquiera saber si tenemos que posicionarnos al respecto o no. Sabemos que sea cual sea la decisión que tomemos, conllevará las críticas y desprecios de alguna de las dos facciones enfrentadas del feminismo, y eso quizás nos paralice. Esta división e intento de exclusión no es nueva en el feminismo, que hace algún tiempo veía a las mujeres lesbianas como una amenaza.

Personalmente creo que es un debate en el que, sin pretender  asumir protagonismos, los hombres debemos participar. Es necesario nuestro posicionamiento desde el respecto a las distintas sensibilidades y opiniones. Quizás no seamos quienes para decir los requisitos que ha de reunir una persona para ser considerada social y legalmente mujer, o para designar quien es ese denominado sujeto político de un movimiento, tan revolucionario y esperanzador, como el feminismo, pero si tenemos el derecho y la obligación de no permanecer indiferentes ante situaciones de opresión.

Los hombres en general aceptamos a las mujeres trans, aunque las consideremos una anomalía natural y social que confirma la regla de nuestra masculinidad. Cuando un niño, o un joven manifiesta su disforia y disconformidad con el sexo o género asignado, intentamos por todos los medios, evitarlo, reprimiéndolo con castigos, burlas, humillaciones, y todas las marginaciones posibles, pero una vez que la voluntad de estas personas se impone sobre nuestra intolerancia, con ironía, desprecio y resignación, las aceptamos.

Pero que sucede si es una chica la que dice ser un chico, los hombres trans, personas a las que la sociedad califico como mujeres, pero que se sienten hombres. Para la sociedad masculina y machista en la que vivimos, no existen estos hombres, no se les ve, ni escucha, ni sus problemas y reivindicaciones salen en los medios de comunicación. Son una de esas realidades invisibles de nuestras vidas. Uno más de los desprecios e injusticas que el patriarcado comete con los hombres, y con todas aquellas personas que osan transgredir sus normas. El colectivo trans tiene una tasa de intento de suicido disparatada y un desempleo altísimo.

Sin embargo, nos guste o no a los hombres, los hombres trans existen, y están entre nosotros.

Hasta el año 2018, fecha en la que la Organización Mundial de la Salud, la eliminó de su lista de enfermedades mentales, la transexualidad estaba considerada una enfermedad metal.

Hoy todavía los hombres trans son discriminados, y en muchos países sometidos a tratamientos médicos inhumanos, en un intento de cambiar su identidad de género. Son violaciones de los derechos humanos que causan graves traumas en las personas que las padecen.

Si el patriarcado no puede tolerar que un hombre diga que es mujer y se le reconozca socialmente como al, como va a permitir que  una mujer, que no posee ninguno de los atributos fisiológicos propios y característico de la masculinidad, virilidad, fuerza, carácter, agresividad y violencia, sea un hombre. Es algo impensable, y esa es la razón de su marginación, invisibilidad, y desprecio.

Quizás los hombres igualitarios tengamos que comenzar a preocuparnos un poco más en trabajar por los derechos y normalización de estas personas, hombres como nosotros, y el movimiento feminista por integrar a las mujeres trans, y no andar enredados en disquisiciones teóricas que solo consiguen dividir y mantener la opresión de aquellos colectivos sociales que junto a las mujeres más la padecen.

El 50% de los chicos trans en todo el mundo, han intentado suicidarse, por no  soportar el rechazo y la discriminación, y no lograr encontrar un lugar donde refugiarse en el mundo. Ayudémoslos.

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