Liberalización identitaria frente al conservadurismo

Por cada trans en la vida pública se da un conservador poniendo en cuestión su estabilidad mental;  por cada negro abatido por la violencia policial, un conservador justifica el homicidio con la frase de “algo habrá hecho”

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 Estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad de Granada    

El asilo político es otra de las dificultades con las que se encuentran las personas trans. AURORA BAEZ BOZA.
El asilo político es otra de las dificultades con las que se encuentran las personas trans. AURORA BAEZ BOZA.

Como consecuencia de leer la tesis de Judith Butler con la performatividad de género –la cual me ha hecho cuestionar la dicotomía respecto a los roles de género– y los diferentes movimientos raciales contemporáneos, he podido tener en cuenta con mayor transparencia los problemas que presentan ciertas minorías. Primeramente, debemos denotar la cuestión de las identidades como relaciones desiguales de poder, en el que emerge una bifurcación compuesta por la dominación y la sumisión. Con la identidad de género se ha presentado esta diferenciación con cierta tenacidad, siendo la mujer la que ha tenido papel secundario en la historia de la humanidad, frente a la dominación masculina. Butler, señala a los géneros como géneros performativos basados en la repetición de los actos, es decir, se identifica a un hombre por las acciones que este realiza y comparte o relaciona con el rol predeterminado en la estructura de poder en la sociedades, basadas en la hegemonía heteropatriarcal. Sin embargo, podemos observar la vulneración y/o no aceptación por parte de la estructura de poder dominante en sujetos que se posicionan fuera de este binomio. En la actualidad, la digitalización y la globalización nos ha hecho conocedores de la exclusión que sufren minorías identitarias y del acoso que sufren aquellos que tratan de darles valor a través del cine, las instituciones y, en definitiva, en la esfera público-privada.

Con frecuencia, la defensa de los colectivos minoritarios se asocia peyorativamente con la ideología de género, y sí, es una ideología. Las ideas son inherentes a nuestro propio ser y configuran  nuestra propia experiencia de vida, a causa de la situación económica u otros factores. ¿Quién señala a las minorías identitarias? En mayor frecuencia son señaladas por neoconservadores que tratan de mantener la estructura de poder hegemónico y su condición de privilegio. El conservadurismo trata de preservar la tradición, la historia y la religión como fuente de legitimidad, promoviendo, por tanto, una relación de permanencia con el orden social establecido que no debe ser modificado por el Estado. En definitiva, los conservadores rechazan que los colectivos minoritarios, dentro de la estructura de poder establecida, formen parte del mismo orden social, por ello encontramos las complejas situaciones en las que las personas trans están sometidas, ya sea en el ámbito laboral, como en las relaciones sociales, etc.

Por otro lado, dentro de lo que denomino como: liberalización identitaria, es de interés introducir la colonialidad de poder que propone Quijano, con el estudio del eurocentrismo originado por el colonialismo. La raza se ha modelado como una invención determinante para establecer relaciones entre dominantes y dominados. Corrientes filosóficas como la utilitarista de Bentham, se opondría a la abolición de la esclavitud de afros, siendo útiles para los estadounidenses, obviando la protección de las minorias frente a las mayorias, y garantizando únicamente la satisfacción general. Las personas racializadas sufren esta relación desigual y son sometidas a trabajos precarios con situaciones económicas desfavorables y prejuicios relacionados con la delincuencia o la explotación sexual.

Frente a la liberalización identitaria que poco a poco va calando en las sociedades, los conservadores presentan una campaña de odio.  Por cada liberalización identitaria que se escenifica en la gran pantalla con películas más inclusivas, dónde personas racializadas o trans protagonizan un papel protagonista, los conversadores tildan a compañías como Netflix o Disney de cometer una inclusión forzada. Por cada trans en la vida pública se da un conservador poniendo en cuestión su estabilidad mental;  por cada negro abatido por la violencia policial, un conservador justifica el homicidio con la frase de “algo habrá hecho”.

Como conclusión, la libertad reside en el derecho, y el derecho de las minorías puede ser diluido por mayorías que de forma arbitraria deciden atacar la libertad de actores externos al establishment. ¡Aboguemos por la liberalización identitaria y la defensa de los derechos humanos! La tradición ahoga al progreso.

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