Las papeletas las carga el diablo

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24 de diciembre de 2015 a las 07:33h

El recuento de papeletas del pasado 20D, tras el cual ni tenemos Presidente ni se le espera.

Dicho así, parecería una ofensa contra las adorables monjitas de la orden franciscana de la Madre del Divino Pastor de la residencia de ancianos de la Fundación Camila Beceña de Cangas de Onís, quienes (al parecer) trasladaron a sus internos en microbús el pasado domingo hasta el colegio electoral, y en la misma puerta distribuyeron sobres cerrados con los votos en su interior, hecho denunciado ante el juez.

Pero en realidad, el título de esta tribuna se refiere al resultado final que, con sadismo y malicia, ha deparado el recuento de papeletas del pasado 20D, tras el cual ni tenemos Presidente ni se le espera.

Muchos acusan ya a la turba. A esa masa de cabezas de chorlito que han decidido votar a las llamadas “fuerzas emergentes” poniendo la estabilidad del país al borde del precipicio. Claro… lo sensato hubiera sido votar a corruptos, imputados, ladrones, saqueadores de la caja de las pensiones, y demás vividores que a golpe de tarjeta black, EREs, gúrteles, púnicas, etc., han saltado (y asaltado) la banca española para seguir viviendo bien mientras todos nos apretábamos el cinturón hasta echar el higadillo por la boca.

Ahora todos debemos tener visión de Estado. Ahora.

Ahora Rajoy se acuerda de las veces que despreció a sus antiguos aliados nacionalistas (vascos, catalanes, canarios…), entonces respetados socios de gobierno con Aznar, y haciendo cuentas se tira de sus barbas canas pensando en que la posibilidad de renovar 4 años más su presidencia, la tenía al alcance de su mano de no haberse dejado llevar por esa miserable práctica del 'rodillo' parlamentario, ese que nos acerca al más burdo absolutismo en pleno siglo XXI.

Gobernar de espaldas al resto de fuerzas políticas tiene estas consecuencias. Y ahora pretenden que el pueblo, sabio y soberano, se sienta 'cómplice' de esta situación a la que nos ha llevado la falta de cintura política y capacidad de diálogo de nuestra clase gobernante durante la pasada legislatura.

Pues qué quieren que les diga… ellos provocaron el problema, y ellos que lo resuelvan. Y ojo con convocar nuevas elecciones en tres meses, que el resultado podría ser aún más sangrante para los partidos políticos 'clásicos'.

La aritmética le ha jugado una mala pasada a Marianín, que ahora juega solo en el recreo, mientras el resto de compañeros de clase se pelean por comerse su bocadillo.

Quien a hierro mata a hierro muere, señor Presidente. Ajo y agua, ya sabe.

Feliz Navidad a todos.