La semana 'horribilis' de Antonio Saldaña

Seguramente hace apenas siete días, Antonio Saldaña, alcaldable del Partido Popular por la ciudad de Jerez, no imaginaba que iba a sufrir una importante crisis de reputación política.

Antonio Saldaña durante una entrevista con lavozdelsur.es. FOTO: MANU GARCÍA.
Antonio Saldaña durante una entrevista con lavozdelsur.es. FOTO: MANU GARCÍA.

Seguramente hace apenas siete días, Antonio Saldaña, alcaldable del Partido Popular por la ciudad de Jerez, no imaginaba que iba a sufrir una importante crisis de reputación política por acumular tropezones mediáticos de envergadura, derivados de una ambición electoral sin límites en la que todo vale con tal de conseguir rédito electoral.

Todo comenzó el pasado jueves, día del pleno del Debate de la Ciudad, cuando Saldaña completó una polémica actuación en la que volvió a mostrar su eslogan de “Jerez CaPPital” (cultivando amistades en Cádiz), exhibió un vídeo con preguntas cerradas que, ciertamente, olía a cocina mediática y acusó a la alcaldesa de sufrir lo que las personas que comparten el pleno municipal con él piensan que este padece, el síndrome de Hubris (problema de arrogancia de los dirigentes políticos al creerse infalibles y poseedores de la verdad). Su intervención fue mediocre y desafortunada, según expresaron varios periodistas locales.

Pero al fin y al cabo, firmar una vulgar actuación en el debate de la ciudad puede ocurrirle a cualquier político en un mal día o si no dispone de una buena planificación. Lo que no es tan común es lo que ha sucedido esta última semana. En primer lugar, con la publicación por parte del panfleto amarillista de derechas Mira Jerez de una encuesta cocinada en la que situaba al Partido Popular como fuerza más votada con 12 concejales, encuesta que Saldaña compartió automáticamente en su perfil público de Facebook.

Dicho estudio estadístico estaba realizado, según el propio Mira Jerez, por la empresa Andaluza Demoscópica DC, de la que no consta rastro digital, nadie conoce experiencia previa y que parece haber sido “creada” para la ocasión. Usuarios y usuarias de las redes sociales han preguntado por la fiabilidad de esta empresa pero tanto Mira Jerez como el Partido Popular han declinado contestar. No queda ahí la cosa, el perfil institucional del Partido Popular de Guadalcacín se dedicó a insultar con pésimas formas a los ciudadanos que pedían información sobre esta empresa fantasma. No es la primera vez que ocurre en Jerez, cada vez que se avecina unos comicios “aparecen” encuestas de dudosa procedencia, poco transparentes y con escasa fiabilidad demoscópica. Saldaña sumó de esta forma su segundo traspiés mediático y su primer esperpento de la semana.

El segundo fue un día más tarde. No contento con el episodio de la encuesta fantasma, Saldaña criticó que se atendieran en nuestra ciudad a las personas migrantes procedentes de las costas gaditanas y se les diera refugio en el pabellón Kiko Narvaez. El edil popular aseguró ante los micrófonos que “España tiene que ser solidaria, pero Jerez tiene un 30% de paro”, añadiendo que hay mucha gente que necesita una vivienda. “No nos olvidemos de los nuestros“, recordó, en una falsa dicotomía que suele servir de argumentario para formaciones xenófobas tales como Vox u Hogar Social. “Primeros los de aquí“. En esa línea xenófoba, no muy difícil de desmontar, por cierto, siguió su argumentario: “la acogida del Aquarius en Valencia ha provocado la llegada de dos Aquarius a las costas gaditanas”. Otra mentira más de Saldaña que fue inmediatamente rebatida por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, que calificó de “despreciables” sus palabras. A sus declaraciones le sucedieron los reproches del equipo de Gobierno, Ganemos Jerez, Podemos Jerez y varias asociaciones proacogida. Incluso el Diario de Jerez le afeó la conducta aludiendo al célebre refrán donde se mezclan “churras y merinas”. De este modo, Saldaña llegó a la primera plana de medios con alcance andaluz, pero no precisamente por su audacia política, sino por sus declaraciones xenófobas y demagógicas. Todo un logro.

Al comprobar el alcance de la metedura de pata, el panfleto Mira Jerez (por modo propio o de manera exógena, nunca lo sabremos) movió ficha. Lo hizo publicando una noticia que aseguraba que se había puesto en marcha un protocolo sanitario antimeningitis en el pabellón Kiko Narváez (donde siguen alojadas las personas migrantes) en un claro intento para que el imaginario colectivo relacione inmigración y enfermedad, y también, presumiblemente, para intentar socorrer el resbalón de Saldaña avivando una alerta sanitaria. La jugada les salió rana. Cruz Roja desmintió a las pocas horas en su perfil de Facebook que se hubiera iniciado un protocolo contra la meningitis, básicamente porque los chequeos a las personas allí atendidas no motivaron preocupación sanitaria. Posteriormente fuentes tanto del Ayuntamiento como de la Consejería de Salud confirmaron que no se había activado protocolo de alerta ante posibles casos de meningitis. Todo esto motivó una dura reprimenda de la Asociación de la Prensa al Mira Jerez. En otras palabras: las migrantes estaban perfectamente sanas y la noticia era errónea o sencillamente, falsa.

Antonio Saldaña y su panfleto cómplice no han tenido la mejor semana de sus vidas. Su credibilidad como político está bajo mínimos y la del Mira Jerez como medio de comunicación sencillamente no existe (nadie en el gremio lo admite como interlocutor periodístico). A la espera de que nos aclaren qué empresa es Demoscópica Andaluza, cómo opera, su experiencia y los detalles técnicos su cuestionable trabajo (aún podrían aparecer datos, aunque resulta poco probable), seguimos estupefactos por la reacción mediática de la derecha rancia ante la solidaridad con las migrantes, sospechando que aún planean cualquier otra jugada que alimente el odio y la xenofobia en Jerez.

En lugar de estar orgullosos de la ejemplar reacción de la ciudadanía jerezana, azuzan la bandera del miedo y del odio si esto les otorga un puñado de votos. No hay nada menos patriótico que un político o un periodista irresponsable y alarmista que denigra su oficio y miente de un modo tan dañino por espurios intereses electorales. Todo vale en su mundo de odio y fantasía, pero la sociedad jerezana ha demostrado —una vez más— estar muy por encima de sucias artimañas políticas.

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