¿Qué es más populista, hablar del café para todos de lo que partidos como Vox llama las paguitas por las subvenciones a los chiringuitos —los chiringuitos que no son los suyos, claro— o concederlas a discreción para supuestamente ganar adeptos a la causa política del gobierno de turno?
Regresa un año más a la palestra jerezana el debate sobre el Plan Estratégico de Subvenciones (PES) del gobierno municipal, a cuenta del remanente de tesorería. Se ha aprobado en un pleno extraordinario celebrado este mismo lunes en el Consistorio. En lugar de rebajar deuda municipal, casi milmillonaria, ¿se compran voluntades? ¿Comprar voluntades? Me niego a pensar que por recibir 7.000 euros por barba los sindicatos CCOO y UGT vayan a dejar de denunciar abusos laborales, reírle todas las gracias al ejecutivo de María José García-Pelayo, o abandonar el asesoramiento a trabajadores que lo demanden.
De la peña al Alfil a la APJ
Tampoco creo que haya alguien en la peña Alfil, de amantes del ajedrez, que por recibir 2.600 euros para financiar sus actividades vayan a votar en masa en 2027 al PP. Al igual que la peña flamenca Las Cadenas, de nuevo cuño, y que recibirá 3.000 euros en esta edición del PES.
O la propia Asociación de la Prensa de Jerez (APJ), que por primera vez en su historia recibirá una subvención municipal de 15.000 euros para sus actividades, algunas tan necesarias como combatir la desinformación y la alfabetización digital.
En fin, esto de las subvenciones es un arma de doble filo, pero como todo, de nada sirve criticar por criticar o armar juicios de valor engordados por las medias verdades. ¿O acaso al anterior gobierno de Mamen Sánchez le sirvió de algo regar a decenas y decenas de entidades y colectivos con subvenciones para mantenerse otros cuatro años más en el gobierno? Conviene aquí recordar que, a medio año de las municipales del pasado 2023, repartió más de medio millón de euros del fondo de contigencia —solo para emergencias reales— a quince entidades de todo tipo.
Mucho más plural parece la pedrea del PES del actual gobierno local, con unos 63.000 euros más que aquella de diciembre de 2022, ya que lo mismo subvenciona los proyectos de la Asociación de Familiares y Amigos por la Recuperación de la Memoria Histórica (3.000 euros) que a Jerelesgay, con 6.800 euros. Lo que sí es cierto es que no se entiende por qué proyectos de mayor calado y dimensión social reciben menos dinero público que otros, aparentemente, con menor impacto a nivel de rentabilidad social y/o cultural. Cuestiones que forzosamente deberá aclararse próximamente.
Sea como fuere, lo importante de este PES, como todos los PES que ponen en marcha administraciones públicas —partiendo del propio Gobierno de España—, tiene que ver con que el dinero público esté justificado, responda a unos objetivos que mejoren la vida de nuestra comunidad y no se repartan fondos al vacío, sin ton ni son. A capricho arbitrario. Todo lo demás, más de lo mismo: venga del lado del espectro político del que venga.
