A la crisis sanitaria provocada por la pandemia de covid se suman otra serie de crisis en cascada derivadas de esta. Las más sensibles y alarmantes, la social y económica, pero también otros muchos efectos nocivos de un mal que ya dura más de ocho meses en España. Este jueves lluvioso en muchos puntos de Andalucía, como Jerez, ha dejado imágenes de esos efectos secundarios de la pandemia que también tienen mucho que ver con el desmantelamiento progresivo de muchos servicios públicos y de un sistema bancario en reestructuración desde la gran recesión donde parece que el cliente es ya lo de menos.
Centros de salud como el de Madre de Dios, en la calle Porvenir, registraban un día más colas de pacientes a la espera de ser atendidos. El deficitario sistema de Salud Responde comunica o directamente no responde, como vienen denunciando sindicatos, partidos políticos y organizaciones sociales. Eso provoca que muchos pacientes y usuarios guarden colas a la espera de encontrar respuestas a sus peticiones de atención médica.
Escenas similares se producen cada día a las puertas de las entidades bancarias de muchos municipios andaluces. Colas este jueves también en Jerez, después de que incluso este asunto fuera abordado en el último pleno municipal a instancias de Ganemos. Desde hace meses se lleva alertando de esta situación y cuestionando qué ocurriría cuando llegase el frío, el viento y las lluvias. El invierno puede decirse que ya ha entrado y las colas siguen aumentando sin solución, pero con más frío, más viento y más lluvia.
Toda esta situación, por cierto, vuelve a tener a las personas más mayores y vulnerables como grandes damnificados. Los que menos posibilidades atención online tienen y los que resisten estoicamente muchas mañanas a las puertas de centros médicos y oficinas bancarias para ser atendidos. En el otro extremo de la fila, el personal que atiende como puede y también soporta en algunos casos la frustración y las molestias. En el caso de los sanitarios, al margen de su denodada lucha contra la pandemia, también tienen que hacer frente a algunas situaciones desagradables, episodios de violencia o ira sin justificación posible, pero fruto a menudo de un sistema que colapsa mientras gente con poder sigue a lo suyo.
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