LA ROTONDA. El líder izquierdista, que ha reconciliado a IU y comunistas en la ciudad, se ha convertido en el sepulturero del triparito imposible. Ni a PSOE ni a la coalición Unidos Podemos les interesa fagocitarse a dos años de las municipales. ¿Dónde queda Ganemos?
Los lugares comunes son reales. Y en esta ocasión, la crónica de una muerte anunciada se cumplió a rajatabla. Raúl Ruiz-Berdejo ejerció hace poco más de una semana de sepulturero del tripartito imposible. Su portazo ante el silencio administrativo del PSOE un mes después de abrirse el melón de las negociaciones ha dejado, en paralelo, a los pies de los caballos a Ganemos Jerez, una organización municipalista que surgió casi en la víspera de las pasadas elecciones locales mecida por los vientos de cambio de los movimientos ciudadanos y de esos indignados espoleados por Podemos. Rauda se apresuró la agrupación de electores a pedirle paciencia al camarada Berdejo, quien desde la defensa de los trabajadores de Onda Jerez —presidente del comité en los tiempos del ERE para la tele pública auspiciado por la exalcaldesa Pelayo— y la dirección local del Partido Comunista en la ciudad, no solo se encaramó al liderazgo en Izquierda Unida —reconciliando a los comunistas con el resto de la coalición tras la época de lucha fratricida con Joaquín del Valle—, sino que ahora tiene ante sí la posibilidad cierta de agarrar esa bandera de la izquierda en Jerez cual libertad guiando al pueblo.
Seamos sinceros: faltan poco más de dos años para una nueva cita con las urnas en la ciudad. Bueno, en realidad, hay quien sostiene que llegados a estas alturas apenas resta año y medio, pues el baile por el cetro municipal arranca en la práctica en enero de 2019. El PSOE parece haber asumido la lógica de gobernar en franca minoría y ahora, pese a ciertas incomodidades y exigencias de negociación —veremos cómo acaba el siguiente capítulo presupuestario—, no solo se encuentra más cómodo, sino que el susanismo exige veto a todo lo que huela a Podemos —ese partido que les adelanta en las encuestas generales— y tampoco es plan de llegar a la recta final del mandato de la mano de tus principales adversarios en las urnas.
Consideran que lo peor ha pasado —trauma de la readmisión fallida de los afectados por el ERE municipal incluido—, por lo que si superan apenas el escollo del Presupuesto —es mucha la responsabilidad política y la presión como para que sus socios de investidura les brinden un no por el no— encararán el último tramo desde el gobierno con cierta holgura, con inversiones europeas y con aspiraciones de mejorar los 7 concejales obtenidos en 2015. Parece claro, además, que salvo hecatombe, Mamen Sánchez volverá a ser la candidata, pues ya se sabe —aunque Miriam Alconchel, jefa del PSOE en el municipio, ponga cara de póquer— que es norma de la casa socialista que a los alcaldes o alcaldesas los quite el pueblo.
Ruiz-Berdejo, que en su día fue quien con más ahinco promovió el tripartito, se encuentra ahora ante un escenario de división en Ganemos-Podemos que favorece a su proyecto político. Al contrario de lo que sucede a nivel nacional, IU no es en Jerez una comparsa, un grupúsculo dentro de la fortaleza del partido de Pablo Iglesias. Podemos en Jerez, que se desmarcó de todo pacto con el PSOE, en contraposición a lo defendido por Ganemos, es probable que concurra en las próximas municipales bajo la marca Unidos Podemos, tal y como ha ocurrido a nivel general. ¿Quién es el máximo aspirante a liderar esa coalición en la ciudad? La realidad es que el golpe de efecto —no por anunciado previamente— de Berdejo ha dejado patidifusos a muchos en la agrupación de electores. Hay concejales que incluso en los pasillos hablan abiertamente de "puñalada" por parte del dirigente político izquierdista. Pero no será porque él no lo intentó, justificarán otros.
De casualidad, probablemente, el malogrado tripartito da alas a IU para crecer junto a Podemos y deja a Ganemos en una incógnita sobre su futuro político más allá de 2019. Con solo dos concejales, IU le ha tomado la delantera y ha marcado los tiempos y los discursos en no pocas ocasiones en lo que va de mandato. Desechada la posibilidad de gobernar —escenario ideal donde poner en práctica las ideas—, hay quien habla de la desconexión de la confluencia con los círculos y la calle —la propia agrupación hacía autocrítica en este sentido—, por lo que ahora resta saber cómo de pequeño será su espacio político en la ciudad si finalmente acude en solitario a la batalla electoral de 2019 o si, de lo contrario, se anexiona a una candidatura global de la izquierda jerezana donde, eso sí, Ruiz-Berdejo e IU tratarán de marcar el paso. Otra vez.
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