El Ayuntamiento de Jerez, en una imagen reciente.
El Ayuntamiento de Jerez, en una imagen reciente. MANU GARCÍA

Esta última semana, la publicación por parte del ministerio de Hacienda de los últimos datos de deuda viva municipal ha dado mucho que hablar. Tal y como han plasmado todos los medios locales, algunos redondeando más que otros, la deuda viva pasó de los 756.424.654,09 € en 2019 a 775.170.755,89 € en 2020, es decir, creció 18.746.101,80 €. Con ello se habló de la posición de Jerez en los rankings de la vergüenza.

Estas últimas cifras han sido objeto de crítica de la oposición contra la gestión del equipo de gobierno actual. También han sido utilizadas por la izquierda alternativa como baza contra el sistema financiero. Y, por último, usadas en rueda de prensa como parte de un contraataque al PP. Todo el mundo utiliza la deuda y habla sobre ella según le conviene, por lo que lo único seguro son los datos oficiales.

Se suele identificar a la deuda viva como deuda con los bancos, aunque realmente es una imprecisión. Según el Sistema Europeo de Cuentas, la deuda viva se compone del capital pendiente de amortizar, contando además con avales y varios ajustes más. Incluye por lo tanto créditos con el sector público. Tal y como se puede consultar en el Ministerio de Hacienda, en el caso de Jerez la extensa mayoría de ingresos por endeudamiento se reconocen en el capítulo 9.1.1 de ingresos:  Préstamos recibidos a largo plazo de entes del sector público.

Ya se refinancien luego mediante algún mecanismo de capital privado o no, la izquierda alternativa tiene razón en algo, los intereses a pagar son un problema. Desde 2007 el pago anual de intereses ronda los 15 millones de euros, salvo peculiaridades como 2013 y 2014 donde se duplica a casi 30 millones y 2015 donde cae en picado a menos de 2 millones de euros. Si sumamos todos los intereses reconocidos entre 2002 y 2018 obtenemos un total de 237.850.744,30 €, de los cuales se han pagado 215 millones. Se trata casi de la tercera parte del volumen de la deuda.

Por ley, una entidad local no puede concertar nueva deuda si esta de por sí supera el 110% de sus ingresos corrientes anuales, en el caso de Jerez estos se sitúan alrededor de 200 millones de €. Es por ello por lo que el crecimiento de la deuda de la ciudad se ha producido en circunstancias más que excepcionales tras distintos acuerdos con la Administración Central y que se acaban materializando en los Planes de Ajuste. En estos planes el consistorio se acoge a los capitales del Fondo de Reordenación según el Real Decreto-Ley 17/2014 o a los anticipos de la Participación en los Ingresos del Estado según el Real Decreto 10/2015, participación que, por si fuera poco, hasta hace relativamente nada estaba intervenida.

El Ayuntamiento se encuentra en una situación financiera muy delicada que sería imposible de salvar sin la intervención del Estado, con el que aumenta su deuda por pura supervivencia. No se ve el final del túnel ni hasta donde llegará finalmente el horizonte de amortización de la deuda. Son cuestiones difíciles de determinar mientras que no terminen de aflorar todas las facturas en los cajones. De momento, la sensación es que hace 15 años se estaban pagando los gastos de los años 90, que hoy estamos pagando lo de los últimos 10 años, y que en el futuro arrastraremos una parte importante de los de hoy.

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