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Si analizamos con detalle las noticias publicadas en los medios de comunicación locales de Jerez en los últimos días es para echarse las manos a la cabeza.

Si analizamos con detalle las noticias publicadas en los medios de comunicación locales de Jerez en los últimos días es, desde luego, para echarse las manos a la cabeza no de asombro, sino de auténtica resignación. Gran parte del espectro político de la ciudad empieza a ser una burla de sí mismo, indigno y vergonzoso para una ciudad como Jerez, siempre por delante de quienes la dirigen. Tenemos por un lado el esperpento ocurrido en el pleno municipal, ocasionado por el Partido Popular, tan necesitado de sus jerarquías que es capaz de impugnar la celebración del único espacio en el que hay posibilidad de debatir, públicamente y en condiciones de equidad, los asuntos que preocupan la ciudad por el hecho de que sus destacados dirigentes estuvieran respectivamente en el Parlamento y en el Congreso, sin hacer nada.

Es la dura vida del político profesional, que lo mismo te representa a Jerez, que a la provincia, que a una comisión de cultura a nivel estatal, que te dirige una comisión fantasma que ni se reúne pero por la que se embolsa unos cuantos de miles de euros. Si el caso es representar… ya veremos a quién y para qué. Ojo que lo de no hacer nada no es un ataque gratuito. Tiene fundamento. Y es que la señora Pelayo no ha presentado ni una miserable pregunta en el Congreso de los Diputados. Esperemos que cuando lo haga, si es que lo hace alguna vez aunque sea porque sienta algo parecido a la vergüenza, sea sobre Jerez y no sobre Cataluña. Y que no me vengan con remilgos de que "trabaja mucho en la calle", porque se le paga para que trabaje en la calle y en la institución.

Lo de este jueves es un lamentable episodio más de los vaivenes políticos de la ciudad. Artimañas malintencionadas que no dejan en buen lugar a absolutamente nadie, ni por supuesto a la clase política de la ciudad que algunos tratamos y tratan de dignificar. El servilismo desmedido de los concejales populares de a pie empieza a oler a kilómetros. Son esos mismos concejales que reciben instrucciones del señor Saldaña y la señora Pelayo de lo que tienen que decir exactamente mientras exponen sus argumentos. Debe ser que no se fían de ellos demasiado, no vaya a ser que la líen.

Y es que al parecer el lío viene porque los servidores de correo institucionales están tan infradotados y anticuados —me constan las enormes limitaciones que tiene el servicio de informática municipal, que hace lo que pueden con recursos de hace una década— que tienen sus buzones con una capacidad limitada. Nos hemos acostumbrado tanto a los gigantes de internet que perdemos la perspectiva de lo caro que es el espacio de almacenaje en el mundo de la informática —y las copias de seguridad que supone—. Que no carguen las tintas con quien no tiene nada de culpa. Esta limitación ha hecho que algunos correos no le entren a algunos concejales. Algo totalmente menor, casi de broma, porque la comunicación llega igualmente al correo oficial de los grupos municipales. Eso sin contar con la decisión conocida por todos los representantes públicos de hacerlos el último jueves de cada mes.

La estrategia es clara. No están los cabezas visibles del PP, y por ello hay instrucción de bloquear la celebración del pleno de Jerez. Y que salga el sol por Antequera. De María José Pelayo poco o nada se sabe esta legislatura. No cortos con eso, seguimos leyendo el noticiario. Y lo que puede causar algo de risa, se convierte en vergüenza ajena. Vergüenza ver cómo un hombre, que nunca ha obtenido como alcaldable más del 1% de votos de la ciudad, y que se autoerigió como candidato al Defensor de la Ciudadanía, intenta montar una plataforma en apoyo al exalcalde Pedro Pacheco, multi-condenado por delitos continuados de prevaricación, malversación de caudal público, fraude, falsedad documental y todo tipo de tropelías corruptas, sin contar con el hecho de haber endeudado a nuestra ciudad hasta límites que superan lo creíble, sumiéndola en una tierra económicamente deprimida con una crisis que se ha cebado sin ningún tipo de remordimiento ni complejo.

Ahora resulta que las condiciones de vida del corrupto en la cárcel son injustas. Tiene narices, ¡pues claro! La de él y la de los 80.000 presos que hay en España. El problema es una cuestión de enfoque. El mismo que quiere montar una manifestación para que a Pacheco se le trate mejor, es el mismo que desea que otros se pudran en la cárcel. Entonces ya el discurso es distinto. Ya no es una cuestión de defender los derechos humanos y del mínimo de dignidad que tienen que tener cualquier persona habite en la cárcel o en el barrio más pobre de la ciudad, sino de dar trato de favor a Pedro Pacheco que creyó suya la ciudad como el PSOE considera suya Andalucía.

Y hablando del PSOE. Lo más loco que he leído esta semana en prensa es que el PSOE se suma al carro de que a Pacheco se le está dando trato injusto en la cárcel. El PSOE, que fue quien interpuso una denuncia contra el ex-regidor, ahora quiere llevar el asunto ¡al Senado de España! El mismo partido que hace pocas semana se abstuvo allí de poner fin a las devoluciones en caliente. Madre de mi vida. No puedo dar crédito alguno.

Y la cosa no se queda ahí. Si la representación de la franquicia de Ciudadanos no había dado ya suficiente vergüenza en el pleno municipal con sus proposiciones locas que presenta en lote en los ayuntamientos donde han conseguido meter la cabeza, hoy nos despertamos con la noticia de que unos cuantos han montado un partido que se llama  “Jerezanos”. Supongo que es como un intento de territorializar la propuesta más rancia del partido de las multinacionales —no de la pequeñas empresas, ni de los autónomos como nos hacen creer—. Dicen que no tienen ideología, cosa que es altamente preocupante, y no lo digo ni con sorna ni retintín. Dicen que lo que quieren es tener las calles limpias y acabar con el paro por encima de ideologías. Nivelazo. Yo me pregunto: ¿acaso no es ideología ver quién es quién limpia esas calles? ¿Es lo mismo que sea una cooperativa montada por la plantilla, una empresa municipal o una multinacional con fondos de inversión y capital de riesgo? Claro que hay ideología. Una ideología clarísima. Y mucho me temo que éstos serán de la última de esas tres opciones.

Como si lo viera venir, en poco tiempo les tenemos hablando de “quitar grasa”, reducir la plantilla municipal, defender la tradición, apostar por el coworking y todas esa retahíla liberal-conservadora que acaba entrando en gobiernos con los mismos que atiza en campaña amortiguando la sombra de la corrupción que ronda en nuestras insignes instituciones con unas tragaderas que ni el camión de Urbaser. Y ya para rizar el rizo tenemos a la vieja guardia, y no tan vieja, pidiendo a gritos que la izquierda se una. Ay…. ¡ojalá fuera posible que nos entendiéramos bien! Pero… wait! ¿Estamos metiendo ahí al PSOE? Really? ¿El PSOE con una ex alcaldesa encarcelada por corrupción? ¿El PSOE de dar contratos a dedo, de privatizar los servicios públicos, de degradar la educación y la sanidad? ¿El PSOE de la reforma laboral, el de las empresas de trabajo temporal? ¿El de robar dinero de los parados? ¿El mismo? A ver si nos vamos a juntar para jugar a su juego, que en eso son expertos.

Y ya como remate final, en Jerez ni una sola mención al 40 aniversario del 4 de diciembre de 1977 ni a sus esperanzadoras movilizaciones populares . El acto que organizamos el otro día con grandes ponentes como son Ángela Aguilera, Manuel Ruiz y Sebastián Chilla nos hizo reflexionar sobre lo importante que es unirse para pedir pan, soberanía y dignidad cuando pretenden arrebatártelo todo. Ahora que perdemos autonomía en los municipios y que tenemos una triste cifra de desempleados, espero que no llegue ese momento que nos miremos al espejo y no nos reconozcamos como pueblo, como decía Antonio Manuel.

Así que tenemos a unos políticos de un partido imputado por corrupción impugnando plenos porque tienen el mail lleno. A otros montando manifestaciones en defensa de corruptos. A otros elevando al Senado la misma cuestión. A unos influyentes montando un partido sin ideología. Y a ilusos pidiendo que gobernemos con un partido condenado por corrupción como si eso sirviera para cambiar las cosas.

Desde luego las ganas de darlo por imposible son altas, pero como le decía a un amigo el otro día, me niego a resignarme a esta realidad. Los próximos meses las noticias serán algo más esperanzadoras. Vamos a seguir trabajando duro y contra viento y marea —no nos lo están poniendo nada fácil— para que en el 2019 consigamos echar al PP, el PSOE y el tardo-pachequismo del gobierno, para demostrar que hay otra forma —mejor— de hacer las cosas y porque estos que llevan décadas mangoneando son expertos en envenenar todo lo que tocan. Jerez se merece mucho más que este esperpento que no nos lleva a ningún lado.

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