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Y mientras aquí Rajoy sigue jugando 'a las casitas' un nuevo fantasma recorre Europa cual monstruo de mil cabezas.

Parece que la Monarquía española ha conseguido apuntarse un tanto histórico consiguiendo levantar a Mariano Rajoy de la tumbona. No pudo ser a la primera, allá por el mes de enero, pero parece que a la segunda Rajoy ha decidido abandonar su habitual posición de descanso y ha pasado a la posición de firmes, bien es verdad que una vez abandonó La Zarzuela le volvieron las ganas de postrarse de nuevo y hasta más ver, sembrando dudas sobre la posibilidad de enfrentar una sesión de investidura y por tanto sobre la viabilidad del encargo de Felipe VI, lo que los clásicos de Moncloa llamarían Mariano en estado puro.

Anda estos días el presidente en funciones animando a la tropa con su peculiar estilo, de nuevo su socorrida muletilla del “depende” sitúa la política española en una encrucijada de incertidumbres difíciles de interpretar, el terreno más abonado para que de nuevo las especulaciones sobre la posible formación de un gobierno se hayan apoderado de los aparatos políticos de los principales partidos que no han podido sustraerse a la tentación de organizar sus particulares juegos de trono.

Rivera y sus portavoces mediáticos no dejan de sorprendernos, cada día que amanece se convierte para ellos en una nueva oportunidad del “más difícil todavía”. Su capacidad y la de su partido para la contorsión política sólo es comparable con la de las mejores estrellas del Cirque du Soleil. Da igual que sea Villegas, Arrimadas o el propio Rivera quien tenga la oportunidad de transmitirnos la buena nueva diaria al más puro estilo de aquel magnífico anuncio publicitario de la ONCE que nos contaba aquello de que cada día tiene su ilusión con la maravillosa colaboración musical de La Cabra Mecánica que es en lo que parece haberse convertido el líder de Ciudadanos con la inestimable colaboración de sus portavoces mediáticos, expertos ya en anunciar una posición y la contraria en apenas dos lunas.

Ese caballo veloz de la política española en que se ha convertido el bueno de Albert es capaz de apoyar un martes con su voto positivo la elección de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y un día más tarde anunciar el “no” a Rajoy para al tercer día proponer la “abstención técnica”, curioso término que ellos mismos explican en razón de no pedir nada a cambio olvidando quizás que se lo llevaron todo el día consiguieron dos puestos en la mesa del Congreso cuando no les correspondía ninguno a cambio de su apoyo nada “técnico”, más bien muy interesado, a la propuesta del Partido Popular. 

Rivera y sus compañeros de dirección han subido los votos de Ciudadanos en el infernal tiovivo en que la derecha suele convertir la política convencidos de que no hay mejor mercado persa para sus interés personales. No podría explicarse de otra manera su más reciente estrategia, la de ofrecerse cual casco azul de la investidura para acercar al PSOE a la abstención rehuyendo sus propios compromisos de la sesión constitutiva del Congreso y consiguiente elección de la Mesa. Una interpretación sin duda muy particular del “compromiso histórico” que en otros tiempos fue la piedra de toque de la política parlamentaria italiana.

Y mientras aquí Rajoy sigue jugando 'a las casitas' un nuevo fantasma recorre Europa cual monstruo de mil cabezas

Y dos manzanas más allá Podemos recupera la estrategia del “abrazo del oso” a los socialistas con su llamamiento, rancio ya por viejo, a un gobierno alternativo al de Rajoy. Es verdad que en esta ocasión el oso encargado de la propuesta, Alberto Garzón, es un oso de peluche y Podemos con su elección como portavoz de la estrategia nos ha privado de volver a oír a Iglesias entonando sus cantos de sirena, esos que llenaron nuestras vidas durante los primeros cuatro meses de este año, que a este paso quedará en la historia como el que los españoles vivimos peligrosamente. Más de lo mismo en la propuesta morada, arrastrar al PSOE a un laberinto imposible cuya única salida nos lleva al borde del precipicio, ese por el que estuvimos a punto de despeñarnos el 26J cargados con nuestra historia centenaria y nuestra permanente voluntad de transformación social.

Y mientras aquí Rajoy sigue jugando a las casitas un nuevo fantasma recorre Europa cual monstruo de mil cabezas. El terrorismo yihadista perturba de la mano de la tragedia la vida de los ciudadanos europeos con carácter casi permanente en los últimos tiempos. La fractura social, económica y territorial de Europa contribuye a incrementar exponencialmente los peligros del “sueño europeo”, ese que durante tanto tiempo añoramos y perseguimos y que ahora parece haberse convertido más que en sueño en una terrible pesadilla.

Y en España el independentismo catalán, experto en manejar los tiempos, intenta pescar en río revuelto aprovechando que el Pisuerga pasa por Girona….

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