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Ainhoa Gil. Secretaria de Organización del PSOE-A Jerez.

Las falsas promesas y los engaños a los que menos tienen pueden calificarse de muchas formas, pero tiene el común denominador de la mezquindad del ser humano que las realiza. Esta circunstancia, cuando la pobreza severa se agiganta en nuestra ciudad y los informes sociales de Cáritas avalan que 11.000 familias comen en Jerez gracias a la solidaridad y la acción social de esta ONG, nos exige reflexionar casi a gritos. La caridad y la beneficencia son fenómenos trasnochados de los ricos que aún sigue practicando la derecha y  que en nada se ajustan a la realidad de hoy en día. No es de recibo poner el parche de la ayuda sino reintegrar a las personas a quienes la crisis u otras circunstancias se han encargado de excluir. Un concepto que hoy por hoy se llama Justicia Social.

Algo de lo que el PP no sabe mucho y encima se permite el lujo de criticar las inversiones y ayudas públicas que la Junta realiza en la ciudad:, Plan de Inclusión Social, Plan Ola en los colegios, Plan de Empleo Joven etc... a pesar de que estas aportaciones económicas les caen como agua de mayo, mal que les pese.

Debe ser que la pésima gestión que ellos mismos han realizado de estos programas les hace obnubilarse, perder memoria y sacar a colación las garras contra la administración andaluza, en lugar de ser agradecidos. Curiosamente, la delegada municipal de Bienestar Social, Isabel Paredes, acusaba estos días a la administración andaluza de “estar obsoleta en políticas sociales”. Al margen de la deslealtad manifiesta con quien invierte en tu ciudad, resulta una afirmación hipócrita y de doble moral, muy propia de la derecha jerezana.

Mientras critica a la Junta, porque poco más tiene que hacer Pelayo cuando desgobierna la ciudad y al mismo tiempo hace gala de su farsante sensibilidad, se gasta el dinero de las arcas municipales sin ton ni son. ¿Cuántas personas vivirían algo mejor  y comerían cada día en Jerez con el dinero que el Partido Popular derrocha en el amplio sentido de la palabra? Para esos que aún no han descubierto la auténtica máscara de la alcaldesa de las verbenas y las fiestas, vayan aquí algunos ejemplos: 32.000 euros por un brindis de vino del marco en plena calle Larga; 250.000 euros para publicidad y propaganda de sus actos, productividades y subidas de sueldo para ciertos colectivos públicos  y  para otros recortes, con un balance total de 5 millones de euros en pagos “discrecionales” o “complementos extra salariales” para la plantilla.

Asimismo y contra sus propios principios de austeridad y recortes, esos que ordena su jefe Rajoy, se gastan 55.000 euros para cubrir los gastos del Congreso del 750 aniversario de la reconquista de Jerez por la corona de Castilla, 43.000 de ellos en propaganda;  más de 155.000 euros en menos de un mes para afrontar tres despidos improcedentes, 5.800 euros para reinaugurar una rotonda a las víctimas de terrorismo hecha ya hace 5 años o 57.000 euros más de lo previsto en el último alumbrado navideño, entre otros dispendios.

Es evidente que el derroche suma y sigue con actos elitistas como Vinoble 2014, en el que los jerezanos nos hemos gastado más de 109.000 euros y los resultados dejan mucho que desear. Todo ello mientras ordena al unísono recurrir un ERE municipal encargado a Deloitte por 100.000 euros y que el Tribunal Supremo ha decidido dejar sin efecto en lo que se refiere a la readmisión de 260 trabajadores públicos, generando un drama social indigno en sus familias y en una ciudad con 34.000 desempleados desesperados por la lacra del paro.

Las nuevas y millonarias pre-jubilaciones, los 150.000 euros para que venga a Jerez la Vuelta Ciclista a España y otras sorpresas más… que vienen a contradecir todo lo que hasta ahora han querido vender: austeridad y contención en el gasto como salva patrias de Jerez. Falsa solidaridad, cuando se mira hacia otro lado mientras nuestros vecinos y vecinas no tienen qué llevarse a la boca, donde los comedores escolares sustituyen a la sala de estar para los más pequeños para garantizarles tres comidas al día incluso en verano, donde muchas familias tienen que dejar sus casas desahuciadas por los bancos a los que el PP salva con miles de millones públicos…

Aunque hay quienes falsamente auguran el final de la crisis, lo cierto es hoy día Jerez se apaga sumida en la pobreza severa de gran parte de su población; un Jerez que los socialistas no queremos, pero luchamos cada día con el tesón, la fuerza y la constancia de quienes no se resignan a la realidad actual porque existen otros caminos para devolver la dignidad a las personas sin recortes ni sacrificios.

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