Nuestra renta siempre es la más baja y nuestros índices de paro, junto a las de las localidades aledañas y alguna de Grecia del Sur, los más altos.
Acaban de salir los datos del Instituto Nacional de Estadística según los cuales, como siempre, la provincia en general y Jerez en particular, somos vagones de cola y no "cruceros", como sostenían los exalcaldes presos. Por el contrario, los municipios madrileños y barceloneses, entre otros, están en el otro extremo del ranking. Como se suele decir, no hacían falta tantas alforjas para este viaje; o tantos análisis para este estudio.
Desde que tengo uso de razón —si alguna vez la he tenido— siempre ocurre lo mismo con todos estos informes, los lleve a cabo el Instituto de Estadística, La Caixa o la Fundación para el Desarrollo de las Provincias Estancadas del Sur (vale, me lo he inventado).
Nuestra renta siempre es la más baja y nuestros índices de paro, junto a las de las localidades aledañas y alguna de Grecia del Sur, los más altos. Gobiernen los fenicios, Primo de Rivera, Pedro Pacheco, Pilar Sánchez, Pelayo o Mamen Sánchez, de ese pozo no nos saca nadie. Cada vez que anuncian uno de estos informes, ya sé la conclusión: es el día de la marmota.
Eso sí, sales a la calle y cualquiera lo diría, porque la gente parece feliz. Haciendo ciertas esas reflexiones del Gatopardo según las cuales "nada cambiará nunca en esta tierra porque los sicilianos se creen dioses, perfectos, aunque siempre hayan estado sometidos por los poderosos; son incapaces de ver sus propios defectos", a los jerezanos y gaditanos quizá nos pase lo mismo. El mismo calor, la misma lluvia. Como en Sicilia. O más. Porque en esta tierra árida y yerma parece que además, este verano, las temperaturas serán más altas de lo habitual. ¿Hasta cuándo seguiremos soportando? Habrá que cambiar algo para que todo siga igual.
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