Nuevas vacunas que vienen en tiempos donde la inmunidad necesaria puede ser de hasta del 90%

Profesor de la EASP. Médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y Doctor en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona.

Una de las enfermeras de Andalucía, en una imagen de archivo.

Hoy, 11 de marzo, se aprueba la vacuna de Johnson & Johnson por parte de la Agencia Europea del Medicamento. Una vacuna importante por sus características y su perfil de bioseguridad y eficacia. Y todo ello ocurre en un momento en el que más de la mitad de las personas de Israel han recibido al menos una vacuna contra el coronavirus y que se habla de que se cree que podría necesitarse cerca del 90% de inmunidad, superior al 70% que tanto hemos hablado en estos meses. Habrá que estar pendiente. Un problema existente para ello es la inelegibilidad de los menores de 16 años, lo cual es preocupante en términos de la capacidad de lograr la inmunidad colectiva.

Sobre la nueva vacuna 

La vacuna de Johnson & Johnson presenta ciertas ventajas con respecto a las que ya se están administrando en Europa, como que únicamente necesita una dosis y que no hace falta mantenerla a temperaturas extremadamente bajas, como son los casos de Pfizer y Moderna. 

La empresa inició la fase III de los ensayos clínicos con su candidata a vacuna en 60.000 voluntarios durante septiembre de 2020. Una vacuna de una única dosis, lo que da ventajas logísticas y económicas. Una vacuna que ha resultado ser segura y eficaz en el ensayo clínico. Ha presentado una eficacia media del 66% y del 85% en pacientes mayores de 60 años. Protege contra las cepas sudafricana y brasileña, especialmente frente a la enfermedad grave. La efectividad varía desde el 85,6% registrado en las pruebas desarrolladas en Estados Unidos hasta el 81,7% en Sudáfrica, donde la presencia de mutaciones específicas ha reducido los efectos positivos de la vacunación. En cifras generales, siempre según la información aportada por la empresa, la vacuna es un 86,85% eficaz contra casos graves de covid, pero este porcentaje baja cuando se trata de su eficacia general contra la enfermedad. Del mismo modo, en el análisis de la FDA tras el ensayo clínico no se han observado efectos secundarios notables ni reacciones alérgicas graves. 

Los nuevos datos de la compañía aumentan la eficacia reportada en los primeros análisis y la protección frente al desarrollo grave de la enfermedad y la propagación del virus. En este sentido, la efectividad obtenida en Sudáfrica ha crecido en siete puntos en relación con los datos de los primeros ensayos. No obstante, sus resultados siguen siendo menores que los logrados por las vacunas de Moderna y Pfizer (desarrollada con BioNTech), que han arrojado resultados superiores al 95% de eficacia. No obstante, es superior a los niveles alcanzados por los viales de AstraZeneca, que rondan el 80%. La vacuna tendría a los 56 días de la administración, una altísima eficacia frente a la covid-19 grave (superior al 90-95%).

Gorka Orive nos plantea respuesta a esta pregunta: ¿Cuál es la eficacia de las diferentes vacunas frente a la enfermedad leve, grave y también frente a la hospitalización y muerte por covid-19? 

Y la compañía Johnson & Johnson no empezará a suministrar dosis hasta el mes de abril "por contrato".

Los/as niños/as y la inmunidad 

Junto a ello hay que decir que cientos de niños de entre 12 y 16 años que recibieron la vacuna Pfizer / BioNtech en Israel no experimentaron efectos secundarios graves, lo que indica una señal de que las inoculaciones de covid-19 podrían ser seguras para menores antes de los resultados del ensayo clínico. El Ministerio de Salud de Israel recomendó vacunar a algunos adolescentes si padecen afecciones subyacentes que los hacen vulnerables al coronavirus.

Pfizer está llevando a cabo un estudio de niños de 12 a 15 años y espera comenzar otro para niños de 5 a 11 años. La Universidad de Oxford también ha anunciado un ensayo para probar su vacuna covid-19 producida por AstraZeneca en niños de hasta seis años. Se espera que esos estudios duren varios meses.

Vacunar a los niños puede llevarnos a una inmunidad colectiva, pero si el objetivo es la supresión de la enfermedad grave, se necesitarán otras intervenciones no farmacéuticas durante algún tiempo, cómo más pruebas y restringir las reuniones masivas. Varios científicos han pedido un replanteamiento en ese sentido, argumentando que las vacunas deben verse como un método para reducir las hospitalizaciones y las muertes en lugar de la inmunidad colectiva, que algunos sugieren que puede ser una imposibilidad frente a nuevas variantes.

Israel ha registrado una marcada disminución de los casos graves, pero sus tasas de infección, aunque disminuyen, no se han desplomado. 

Hay que decir que se considera que los niños tienen un riesgo bajo de desarrollar complicaciones graves a causa de la enfermedad. Sin embargo, la variante británica ha provocado un aumento preocupante en las infecciones de niños y jóvenes.

Mucho por hacer aún en una pandemia, que parece que los avances siguen y la pandemia no para.