Nadie como las enfermeras y más en esta pandemia, para reforzar su papel de forma incondicional. Nadie como las enfermeras como las grandes profesionales que vacunan y vacunan (cómo dice @chuchencio: Somos las #enfermeras las que vacunamos). Nadie como las enfermeras para reforzar una y otra vez su papel tan importante en el sistema sanitario. Nadie como las enfermeras, a pesar del gran esfuerzo, de la gran profesionalidad y del gran trabajo, para sentirse en este sistema sanitario como pocas, cansadas y precarias.
Nadie como España, donde hay seis enfermeras por cada mil habitantes, frente a una media europea cercana a las nueve por cada mil. Sin embargo, todas en conjunto, las que hay, merecen una valoración muy muy alta.
Las cualidades de una buena enfermera de centro de salud o de hospital son, entre otras:
• Habilidades profesionales clínicas para el mejor cuidado.
• Habilidades de comunicación y de escucha.
• Habilidades emocionales y saber contagiarlas
• Empatía
• Potenciar el equipo y la cercanía a las personas y sus problemas, facilitando las relaciones interprofesionales, el reconocimiento del saber y un proyecto participativo.
• Atención al detalle y a las personas.
• Habilidades para resolver problemas y para facilitar la innovación.
• Respuesta rápida. Mantener la cabeza fría en las crisis.
• Respeto y compromiso con su gente, con su unidad y con la organización.
. Resiliencia
Seis son los pilares sobre los que científicamente se ha demostrado que podemos construir la capacidad de una mejor enfermera y además reisiliente:
1. La afectividad
2. La autogestión
La autogestión es clave para manejar nuestros pensamientos y emociones, analizar la información que proviene del entorno, tomar decisiones, establecer prioridades y activar los mecanismos necesarios para alcanzar las metas que nos proponemos. Para ello, necesitamos observarnos internamente y entender nuestros pensamientos, emociones y nuestra manera de interactuar con el mundo. Nos permite conocernos y desarrollar una imagen de nosotros mismos y de los recursos de los que disponemos.
3. La autoresponsabilidad
Las personas que cuentan con sentido de autonomía y un cierto control de las circunstancias, que nos estimula a tomar decisiones y acciones de manera proactiva, responden con mayor coraje, resisten mejor y se enfrentan con más efectividad a las situaciones adversas, que quienes ceden el control a elementos externos, la suerte o el destino.
4. La autoestima
La autoestima se ve influenciado por los lazos afectivos que se crean con las personas del entorno más próximo y, a lo largo de la vida. Poco a poco el resultado efectivo de nuestras acciones van configurando un sentido de autoestima. Cuando la opinión que tengamos de nosotros mismos sea favorable, la capacidad de resiliencia se fortalecerá.
5. La positividad
El pensamiento positivo y una perspectiva optimista de las circunstancias es un ingrediente esencial para la resiliencia. Los optimistas buscarán más información acerca de un suceso y encontrarán mejores respuestas.
6. El propósito vital
Es importante manifestar un propósito a la vida, ya que la búsqueda de un sentido es lo que da razón de ser y de vivir al ser humano. Encontrar un sentido en la vida nos proporciona seguridad y fortalece nuestra motivación para afrontar cualquier tipo de adversidad.
La clave es lo que ponen las enfermeras a su trabajo: H—alma (corazón y vida). Junto a ello, diariamente le ponen Honestidad, Humildad, Humor, Hechos (vacunas), Habilidades y Heroísmo (sabiendo que el cambio empieza en uno mismo y que no vale ni la chapuza ni la mediocridad)
Si hay un concepto que acompaña a las enfermeras es cuidar, y en estos tiempos además VACUNAR. Una idea cuidar, que es difícil separar de otros verbos como: “preservar”, “conservar”, “asistir”, “acompañar” o “ayudar”. En definitiva, cuidar con profesionalidad y de forma integral. Y vacunar.
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