Errores calculados de Putin

Miles de rusos abandonan Rusia asustados por el Estado policíaco que se ha impuesto y miles de ucranianos mueren por los deseos de un tirano con ínfulas históricas

Un mural con un beso entre Putin y Trump
Un mural con un beso entre Putin y Trump

Putin tomó la decisión de invadir Ucrania con otros cuatro más, amigos los cinco. Para muchas personas es difícil creer que una decisión así se tome con la bragueta, pero también así se toman muchas decisiones, grandes y pequeñas. Las elites políticas de Rusia y Moscú estarían inquietas, aunque calladas, y atribuirían los errores evidentes de su famosa operación militar, que no es otra cosa que la invasión de Ucrania, un crimen se mire por donde se mire, a que la decisión se tomó entre cinco amigos.

Putin y sus camaradas se han metido en un avispero, la invasión contra Ucrania no ha sido la guerra relámpago que ellos se prometían y ahora se dan cuentan de cómo Ucrania les ha tomado la medida. A partir de ese momento hay dos cosas, a cual más terrible, que está ocurriendo: una guerra sin normas, hasta la guerra las tuvo, en la que se ataca sin piedad a la población civil y la búsqueda de un error, calculado, para hacer de su invasión una guerra total en Europa. Primero bombardeando cerca de Bielorrusia, y, en un acto progresivo, ahora cerca de Polonia, algo mucho más grave y que tendría consecuencias directas sobre la Unión Europea y la OTAN.

Alguien como Putin no tiene la misma forma de pensar que el común de las personas, su gigantomanía y el modo hiperbólico en que se considera a sí mismo le separa del común de las personas, una característica propia de dictadores y tiranos que ven visiones, visiones por las que pagan las consecuencias los ciudadanøs. Seguramente es un ser convencido de que está muy por encima de todos los demás y, por tanto, alguien que no debe dar explicaciones de por qué toma las decisiones que toma ni debe pagar las consecuencias de sus decisiones. Luego viene eso de los orgullos de las naciones y salen todos sus acólitos a defender lo indefendible para salvarle los muebles, en lugar de dejarlo caer y ponerlo ante un juez.

Miles de rusos abandonan Rusia asustados por el Estado policíaco que se ha impuesto y miles de ucranianos mueren solo por serlo y por los deseos de un tirano con ínfulas históricas. Mientras tanto, en la sociedad europea hay diversidad de opiniones y hay quienes piensan que lo mejor es hacer como que el asunto no va con ellos, y que se lo deben resolver Rusia y Ucrania, y que Europa tiene bastante con recibir a los ucranianos que logran escapar, regalarles mantas y ponerles unas tiendas de campaña aquí y allá.

Que Europa tome decisiones imprecisas o incorrectas que la envuelvan en esa guerra de invasión provocada en exclusiva por Putin sería fatal. Una guerra total en Europa podría tener consecuencias realmente aniquiladoras para todos. Los que piensen que Putin nunca lo haría han perdido de vista la psicología de los héroes, capaces de inmolarse y de inmolar a todos los demás. Por eso es tan importante que la sociedad europea salga a la calle, llene las manifestaciones contra la guerra y exprese continuamente su solidaridad con Ucrania y con los que sufren a Putin en Rusia. Que los rusos hagan caer a Putin parece fundamental, y es urgente hacerlo antes de que un error calculado envuelva a la Unión Europea y a la OTAN en esa guerra que solo busca la mayor gloria de Putin.

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