Érase una vez en la Consejería de Educación

Una pasada manifestación estudiantil. FOTO: MANU GARCÍA.

Mañana, día 4 de marzo, dará lugar la jornada de huelga convocada por CCOO, UGT, CGT y Ustea como protesta ante el nuevo decreto de escolarización de la Junta de Andalucía. Este nuevo decreto, con claras raíces ideológicas, facilita en gran medida a los padres la posibilidad de matricular a sus hijos en la escuela concertada. Esto se debe a que ahora no es requisito que el centro en cuestión, donde los padres quieran matricular a sus hijos, se encuentre en la misma demarcación escolar que el domicilio familiar. Con que el centro se encuentre en la misma ciudad es suficiente.

La intervención de los sindicatos ante esta medida es fácil de entender. La Educación Pública se está desmontando pieza a pieza. Lo que puede parecer un inocente decreto que ofrece una mayor libertad de elección acaba siendo la punta de lanza para desequilibrar aún más nuestro modelo a favor de la concertada. Esto afecta directamente a los profesionales de la escuela pública. Con cada piedra al final habrá quien tenga que trasladarse forzosamente, interinos que nunca serán llamados, monitores de atención especial en la calle... Y el empleo en la concertada no es de ensueño. No es difícil encontrar testimonios sobre profesores que son contratados en septiembre y despedidos en junio para no pagar vacaciones.

No debería haber problema en elegir centro, sin embargo, me atrevo a decir que mucha gente no está preparada para ello. No hemos conseguido romper el mito de que la educación concertada es mejor que la pública, lo que hace que una horda de padres intente sea como sea que sus hijos estudien en la concertada. El problema de esto es que si lo consiguieran desbalancearían el modelo. En una ocasión, tuve un profesor que dijo: "Démosle lo que quieren. Si realmente lo quieren así, ¿por qué no satisfacer esa demanda?" La lista de razones para negar la concertada es extensa, más allá de terminar con la idiotez de moda de llevar a tus niños al colegio en todoterreno para impresionar al resto de padres que también fingen pertenecer a la jet set.

Pues bien, en términos económicos, existe un problema de información asimétrica en un bien considerado cómo preferente. Que exista información asimétrica quiere decir que mientras una parte, en este caso los centros docentes, conoce todas las características del servicio, los padres no. Los padres nunca sabrán a ciencia cierta el nivel del centro, la organización de la docencia, la adecuación de las materias, etc. Y que sea un bien de consumo preferente significa que al Estado le interesa que se imparta una cantidad mínima de este servicio y con una calidad determinada, que el sector privado por su cuenta no garantizaría. Imagínense un mundo donde la mitad de la población no hubiera podido acceder a la educación porque les era imposible sin ayuda. Al final perdería la sociedad en su conjunto. Sería mucho más incivilizada, sin contar la escasez de capital humano formado.

La libertad de elección y esas cosas liberales está muy bien, pero hay cosas con las que no se puede jugar y una educación Pública de calidad es una de ellas. La intervención de la Administración es clave en muchos aspectos. Quizás el tema más importante al respecto de este tema es que garantiza que se impartan los contenidos necesarios, sin distorsiones ideológicas o religiosas. Garantiza además que la evaluación sea consistente y fiel. Un 10 debe significar la asimilación perfecta del contenido, no puede ser algo que se te otorgue por ser "hijo de" o por haberlo comprado.

El modelo concertado no solo es peor desde el punto de vista educativo, encima es más caro. Por mucho que se especule con el tema, es imposible que la privatización de la provisión del servicio educativo mejore la productividad en términos económicos. Esto solo se puede conseguir de dos formas, o aumentando el número de alumnos en las aulas o reduciendo la remuneración de los docentes y demás trabajadores. Ninguna de las dos opciones parece que mejore la calidad educativa. De todas formas, la concertada debe ser más cara a la fuerza, ya que se trata al fin y al cabo de una empresa que espera obtener adicionalmente un margen de beneficios y que deberá ser pagado.

Los profesionales de la escuela pública son los más preparados. No únicamente han recibido formación, sino que han aprobado unas oposiciones demostrando que son los mejores de entre los mejores. El único problema de la escuela pública es que está infradotada de fondos, en parte culpa del ataque que han supuesto los recortes en educación durante la crisis.

Lo que se debe hacer es blindar a la pública y dotarla correctamente de presupuesto, no apostar por otro modelo, que aunque sea efectivo en otros países nada garantiza que cuaje en España. Todo indica que no se va a implantar correctamente, y que lo único que va a conseguir es una segregación por rentas. Habrá escuelas para pobres, mal dotadas; y escuelas para ricos. Por lo tanto, la concertada no puede ser una opción. Por no ser, no debería ni existir. Los conciertos deberían reducirse al justo número para garantizar que ningún niño queda sin escolarizar.

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