Estamos justamente a una semana (menos un día) de la sesión de investidura de la alcaldesa (creo que el género del regidor es lo único claro a día de hoy en Jerez). Nada que ver con lo que se produjo hace justo cuatro años -menos una semana-, pero mucho que ver con lo que hubo una legislatura antes (Pacheco-Pelayo).
Cualquiera que viviera aquello dirá que han cambiado las formas y algunos actores, pero la estructura sigue intacta. Una especie de eterno retorno a la jerezana donde cambian las aguas pero el río es el mismo.
Decía entonces Pedro Pacheco que no estábamos acostumbrados a la cultura de pactos -como si él entonces lo estuviera-; baste echar un vistazo al conjunto nacional para ver cómo ha cambiado todo. Todo depende de los pactos, del sudoku que juegan en sus despachos Susana Díaz, Rivera o Iglesias, quien a buen seguro que debe estar pensando qué haría ahora Tyrion Lannister, el astuto enano de Juego de Tronos.
En sus planes, supongo que Sevilla será el reino de Dorne -en la capital hispalense ha rodado la productora de Juego de Tronos- y Jerez un apéndice un poco más al sur, aunque si bajamos aún más se encuentra un punto cardinal en sus planes, habida cuenta del matrimonio (político, se entiende) formado por los Clinton caleteros. Entiendo que la estrategia aquí pasa, como en casi todo el Sarajevo español que pretenden crear para luego recoger las migajas en las generales, por bombardear a diestro y siniestro al Gobierno de la candidata socialista, si al final resulta investida frente a la popular.
Y mientras se resuelve el panorama español, los Caminantes Blancos avanzan con paso inexorable allende nuestras fronteras, ya sea en forma de Grexit (salida de Grecia del euro) o de Brexit (abandono de Gran Bretaña de la UE). Ahora que mis fuentes me desvelan que el inefable (cómo mola colocar este adjetivo, vale para cualquier 'personalidad') King Africa vuelve, la canción del verano podría ser: "Qué viene el corralito, el corralito, el corralitoooo!" Si no, siempre podemos llamar a la Mala Rodríguez: "Tengo un pacto, lo mío pa mi saco".
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