Un periódico -El País- nos ha sacado los colores con los casos de pederastia en los colegios religiosos españoles. Así que no era cosa de un film de Hollywood o algo que ocurría en otros países. No, eso pasaba en nuestras narices, en nuestros colegios regidos por órdenes religiosas.
Llega la hora de levantar las alfombras y airear la inmundicia. Pero, ay, este país es así: con la entrada de aire purificador en esa atmósfera viciada, viene el sarpullido de las pegas y los inconvenientes.
Los abusadores pertenecen a una institución que fue -y sigue siendo- muy poderosa. Pese a la gravedad de los hechos denunciados, el episcopado español se puso de perfil, diciendo que eso es cosa del Vaticano, que si esto y que si lo otro, y lo feo que está eso.
Pero las víctimas de los abusos, y tras ellos una parte de la sociedad española, consternada ante lo repugnante del asunto, preguntan: ¿No vais a hacer nada?
Al fin, algunos partidos de izquierda proponen crear una comisión parlamentaria. Lo mínimo que se despacha. Una comisión que, al ser parlamentaria, facilitaría la reparación a las víctimas. Pero esto también molesta.
El PSOE, cuya mayoría posee la llave, llega con dudas y dilaciones, y deshoja la margarita, que si sí, que si no… Como su actitud ante la República, somos republicanos pero apoyamos la monarquía. Como siempre que debe afrontar una decisión ante un poder fáctico, ya sea Corona, Banca o, como en este caso, Iglesia.
Cierta prensa también se opone: que no es un fenómeno exclusivo de este país (como si esto justificara algo), que también ocurre en entidades laicas (tampoco justifica nada) y que todo se reduce a un escándalo para desprestigiar a la Iglesia católica, tan enraizada en nuestra sociedad y bla, bla, bla…
Incluso se atreve a sugerir que la propia Iglesia sea la que investigue. Una burla que insinúa que si te atracan, quien indague el robo sea el Círculo de Atracadores.
Todo muy en la línea de la derecha catolicista española. PP y Vox rechazan la comisión y es más, harán lo imposible por frenar la investigación. Aunque eso ya lo sabemos.
Pero también sabemos que el daño a unos menores podrá prescribir, pero no caduca.
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