Antes que nada, hablemos de las elecciones francesas de ayer. Las izquierdas, a falta de los resultados definitivos, van a muy poco de las derechas. Las izquierdas serán fundamentales para hacer leyes en Francia. Løs franceses han votado para tener mejor democracia y mayor Estado social: menos banderas y más llegar a fin de mes.
Los datos sobre la pobreza en Andalucía, durante la Junta de Moreno y las derechas, los reseñamos la semana pasada: estremecedores. Ahora conviene, en medio de una ola de calor, que se une a la siguiente, que hablemos del clima y de cómo las derechas han empeorado la situación de Andalucía ante un cambio climático para el que no sirve sacar de su iglesia a la Virgen de la Palma.
Juan Manuel Muñoz, alto cargo de la Junta de Moreno, dejó claro hace unos meses que habrá que “hacer un esfuerzo por limitar el consumo de carne”, al mismo tiempo que su partido, el PP, intentaba reprobar al ministro de Consumo, Alberto Garzón. Un escándalo como otro cualquiera.
Los incendios en Andalucía son cada vez más graves, y lo seguirán siendo; el cambio climático tiende, sobre todo, a situaciones cada vez más extremas, como las olas de calor. En la actualidad, según la Asociación de Agente de Medio Ambiente de Andalucía, hay 720 agentes, eran 1.300 en 2011. Esto significa que los bosques están en mayor riesgo y que el empleo verde, en este sector, ha descendido.
En Doñana sigue el problema de la extracción de agua del acuífero. El Campo de Gibraltar, y alrededor de la ciudad de Huelva, según Green Peace, presenta el mayor índice de mortalidad por cáncer de toda España.
Este es solo un breve bosquejo de cuál es la situación en Andalucía, la situación de las personas que viven en un territorio que sufre especialmente el cambio climático y que irá a mucho peor. Las consecuencias de ese cambio climático las pagan las personas con menos recursos. Faltará el agua, aumentará la pobreza energética, las olas de calor serán más severas. Se puede hacer una política de reparto de abanicos o se pueden hacer políticas que no agraven la situación. Limitar radicalmente el uso del agua de los acuíferos, educar en el ahorro del agua, aumentar la eficiencia de las canalizaciones, poner límite a las piscinas de uso privado. El agua es un bien común.
Las energías renovables y el autoconsumo parecen otro punto fundamental para reducir la pobreza climática y aumentar el bienestar de todøs. Implementar usos alternativos al aire acondicionado y potenciar investigaciones científicas: hoy es posible sustituir el aire acondicionado por sistemas de agua o usar la bomba de calor como calefacción, en invierno, y como climatizador, en verano.
Modernizar Andalucía no es solo una palabra, es una posibilidad cierta, porque existen ya tecnologías que frenan el cambio climático. Es absurdo aceptar nuestra destrucción simplemente o encomendarse a las rogativas, que pueden producir alegría pero no van a cambiar nada.
A esas tecnologías hay que añadir las políticas sociales que aseguren una vida digna para todas las personas. El sector de la ecología puede seguir aumentando el empleo en Andalucía y reducir, al mismo tiempo, el cambio climático y su impacto.
¿Qué decir, si el domingo son las elecciones?
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