El 'fofiflauta'

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Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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Cuando todo el mundo habla de las elecciones, los pactos y hasta de sacar las urnas a la calle, yo soy más de mirarme mi propio ombligo. Y he descubierto lo que soy: un fofisano. Mi afición a las tapas, las cervezas y la comida basura no me han llevado a ser un barrigón, un fofo sin más, sino a parecerme al mismísimo Leo (hemos cogido confianza) Di Caprio, el ídolo adolescente de Titanic que creció y se convirtió en el nuevo muso de Scorsese, relevando al viejo y carismático De Niro.

Leo (el insiste en que le llame asi) es el líder de esta nueva pandilla a la que antes se llamaba 'gordiflacos' y otros palabros propios de los inventores de 'amigovio' (mucho más políticanente correcto que 'follamigo/a'), 'gordibuena' y otras lindezas que escandalizarían al mismísimo Lázaro Carreter. Por fin puedo encajar en uno de estos grupos, ya que los lumbersexuales nunca me aceptaron por un hecho incontestable: soy prácticamente imberbe o barbilampiño. No es nada personal, me espetó Ryan Gosling con su barbaca de tres días y su camisa de leñador. Ni qué decir tiene que entre los metrosexuales nunca me conté, habida cuenta de que entre ellos se cuentan Brad Pitt y Clooney. Como dice mi pareja, digamos que yo tengo otro tipo de belleza. 

Así que este verano luciré tripita, como todos. En Valdelagrana, pero con una diferencia: lo haré con orgullo y sentiré como se clavan las miradas de deseo en mis lorzas. Hasta me pondré gorra y unas gafas de sol cool, para parecer un fofisano con caché. Eso sí, visto el triunfo de Podemos-Ganemos, tendré que competir con los llamados perroflautas y algunos gafapasta, otros sectores de la población llamados a liderar a la sociedad. No se cómo combinarán los michelines con un estilo más hippie, pero yo desde luego estoy dispuesto a probarlo. Así que, en definitiva, he mandado a tomar viento mi ropa de Spagnolo y mis polos Lacoste, los Dockers y marcas similares. Por supuesto, también a mi dietista y a mi 'coach' del gimnasio. Crearé un nuevo estilo, nacido de la fusión de los anteriores: el fofihippie o el hippiefofo. O el fofiflauta. Ya veremos.

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