El feminismo es lo que diga Inés Arrimadas

Raúl Solís

Periodista, europeísta, andalucista, de Mérida, con clase y el hijo de La Lola. Independiente, que no imparcial.

Inés Arrimadas en el acto de feminismo liberal de Ciudadanos.
Inés Arrimadas en el acto de feminismo liberal de Ciudadanos.

Llega el 8M y Ciudadanos tiene miedo de quedarse fuera de juego como le ocurrió el año pasado, donde Albert Rivera se proclamó líder del “feminismo transversal” después de que su partido se negase a acudir a la huelga feminista porque era “comunista” y “anticapitalista”. Para evitar el cuadro del año pasado, donde una multitud de mujeres y hombres pasaron por encima de Ciudadanos y de todos los estamentos grises que no saben que el feminismo es ahora mismo un vector de masas, de cambio y de progreso imparable, como el movimiento obrero lo fue en el siglo XIX y XX, la derecha naranja ha programado un evento cuqui con un título más cuqui todavía: ‘Feminismo liberal’

Así, Inés Arrimadas se ha vestido de domingo para decir que el feminismo no es que “tres maromos” se pongan delante de una pancarta que diga nosotras para, a renglón seguido, añadir que el feminismo “es una lucha de hombres y de mujeres”. Una cosa y la contraria. La líder de Ciudadanos, que acusa al feminismo de estar liderado por maromos, ha dicho todo esto que narro escoltada por Albert Rivera y por decenas de mujeres de su partido que, en un ejercicio de empoderamiento, han sido sentadas atrás como atrezzo del evento chupiguay del partido al que cualquier idea le cabe en un frase de azucarillo.

De este modo, la catalana nacida en Jerez de la Frontera ha dicho que el feminismo es lo que diga ella. No con estas palabras, porque ella es una niña de bien, fina, educada en colegios de pago, moderna, transversal, sensata, tranquila, moderada, europea, española, catalana y súpercalifragilística. No tiene un paraguas mágico como Mary Poppins, pero tiene un ejército de coachs y expertos –no digo expertas por miedo a desdoblar el lenguaje- en oratoria que le han enseñado a decir palabras vacías en público, pero que nunca le han recordado que el mejor método para aprender a comunicar es leer mucho, de todo a poder ser y no sólo de quienes piensan como tú, para huir de los lugares comunes y evitar tratar a la gente como si fuera imbécil, que es lo que ha hecho Ciudadanos en su evento mundial de feminismo liberal.

“Eso no es feminismo”, ha dicho ufana Arrimadas, que lo mismo sirve para irse a Bélgica a hablarle a Puigdemont a través de los medios de comunicación convocados en una rueda de prensa de 15 minutos, para arrancar lazos amarillos o demandar a gritos que la historia le reserve un sitio al lado de Simone de Beauvoir por su gran contribución a la causa de las mujeres desde el feminismo liberal de Ciudadanos.

“Feminismo no es hablar con lenguaje desdoblado”, dice Arrimadas, refiriéndose al lenguaje inclusivo, investida este domingo como fundadora del feminismo universal, liberal, catalán, europeísta, español, moderno, transversal y superfragilístico que afirma que la ideología que defiende que las mujeres son seres humanos está anticuada, demodé y que crea bandos. Para combatir este feminismo peligroso, Arrimadas se ha sacado de su paraguas un “feminismo liberal” porque por ella “no habla ni decide nadie”.

Venida arriba con los aplausos de sus correligionarios que han pasado de pactar con Vox a ser adalides del feminismo planetario en menos de mes y medio, ha dicho que estaría encantada con que su hija se metiera a puta o que está deseando quedarse embarazada o probar la experiencia tan ideal de nueves meses de embarazo, con los riesgos que tiene para la salud, y aceptar impertérrita y con sonrisa de anuncio que le arrebaten a su hijo en la misma mesa del paritorio, para que así otras parejas que no quieren adoptar, pudiéndolo hacer, y que tienen el dinero suficiente, unos 50.000 euros como mínimo, compren un bebé y la libertad de una madre empobrecida desde antes de que fecunde el óvulo inseminado.

Bueno, a ver, como Arrimadas es una chica fina, criada en los barrios altos de Jerez de la Frontera y con varios MBA que quedan muy bien en los curriculums y que son imprescindibles para trabajar de lobbista, en realidad ha querido decir que los vientres de alquiler y la prostitución son salidas válidas para las mujeres pobres a las que las políticas económicas de Ciudadanos empobrecen. “Mejor meterse a puta que pedir una ayuda social, zánganas”, habrá pensado para sus adentros, aunque no lo ha dicho porque estamos en campaña y el coach le tiene dicho que haga todos los esfuerzos por caer bien al respetable, que los votos son los votos y Vox viene apretando fuerte por la derecha.

Después de que Arrimadas haya dado un mitin, para dejar claro que el feminismo es lo que ella diga, ha salido el líder del feminismo transversal, constitucionalista, europeísta, catalán, español, patriótico y moderno, el ínclito Albert Rivera, que trabaja tanto por España que lo mismo es noticia en los telediarios que en los programas del corazón. Albert de Beauvoir ha descubierto que los tiempos han cambiado porque su hija, que vive en un país donde el 30% de las mujeres viven en riesgo de exclusión social, le ha pedido un balón de fútbol por su cumpleaños.

Entremedias, ha salido a intervenir la también moderna, transversal, constitucionalista, española, madrileña y europea Begoña Villacís, que la pobre tiene despistes como toda hija de vecina y se le ha olvidado pagar impuestos por sus sociedades pantalla. La aspirante a ser alcaldesa de Madrid ha agradecido a Rivera que no le ha haya regañado cuando se enteró que estaba embarazada de su tercer hijo: “¿Qué han dicho tus hijas?”, le espetó Albert Rivera a Villacís cuando ésta le comunicó la buena nueva.

El acto terminó y todos –que no todas, que eso sería desdoblar el lenguaje- se marcharon a celebrar el nacimiento del feminismo liberal que traviste de libertad que una mujer se vea obligada a ser prostituida, que un putero viole a una mujer previo pago, que haya miles de mujeres víctima de trata para llenar la demanda de la industria del sexo o que gente a la que le sobra 50.000 euros pueda comprar la vida de un bebé y el útero de una madre, a la que le anulan su libertad, mediante un contrato mercantil, desde antes mismo de quedarse embarazada de un hijo que le será arrancado de sus entrañas nada más que vea la luz del mundo.

De derechos laborales, de mejorar pensiones y salarios o de acabar con las privatizaciones de los trabajos de cuidados que tienen a mujeres cobrando 400 y 500 euros por cuidar a personas dependientes o limpiando hoteles por 2 euros la habitación, no han dicho nada, porque el feminismo de Ciudadanos no es liberal, sino privilegiado. Feminismo para las ricas que todo lo pueden comprar y machismo y violencia para las mujeres empobrecidas que deben someterse a ser compradas y vendidas en el gran centro comercial sin normas, sin leyes y con Vox de policía de la moral que defiende Ciudadanos y el feminismo de Ikea de Inés Arrimadas, quien debería leerse a alguna teórica del feminismo, de las modernas de verdad, y aprender que la libertad sin igualdad es violencia y no feminismo.

 

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