El patriota

Manuel Murillo.

El martes pasado fue juzgado Manuel Murillo, el hombre acusado de querer asesinar a Pedro Sánchez. Entre las armas encontradas en su casa había tres revólveres, una escopeta, un fusil y una ballesta. En su declaración, el acusado se reconoció como una persona sensible, un patriota que escucha a Jiménez Losantos, “otro patriota”; y excusaba sus acciones y sus mensajes apelando a las “ensoñaciones” que provoca el orujo. Todo por la patria, que España está en peligro

Es curioso cómo la valentía de estos españoles de bien se reduce al mínimo delante de un juez. La culpa es del alcohol, de las pastillas para dormir o del agitador de turno. Algo parecido ocurrió con los patriotas ganaderos que no hace mucho asaltaron el pleno del Ayuntamiento de Lorca.
No quiero eludir la responsabilidad de aquellos que lanzan sus soflamas de odio desde la radio, la televisión, las redes sociales o el Congreso, pero escudarse detrás de ellos no es de patriotas y mucho menos de valientes. Estos españoles de bien  que tienen sueños húmedos con el Cid Campeador- si leen el Sidi de Pérez Reverte les peta la patata-, y que darían la vida por su líder, no deberían arrugarse ante una toga, sino _cual Agustina de Aragón_ lanzarse cañones por banda contra los enemigos de la patria.

Hasta aquí la caricatura de estos nazis rojigualdos. Y es que, lo reconozco, estos tipejos me dan miedo. Cada vez más. El humor y la crítica satírica, que alguna vez se intenta abrir paso en esta columna con más o menos éxito, dicen que son buena medicina contra estos mensajes de odio. Yo también lo creo aunque tengo la impresión de que los salvapatrias cada vez dan un paso más. Temo por el día que algunos crucen la línea.

Recuerdo cuando Pablo Iglesias espetó a Espinosa de los Monteros aquello de “a ustedes les gustaría dar un golpe de estado, lo que ocurre es que no se atreven”, y añadió después su famoso “cierre al salir” cuando el de Vox se marchó de la sala supuestamente indignado. Pues parece que Espinosa no le hizo caso y dejó la puerta abierta. Una puerta abierta por la que se cuela la insolidaridad con el inmigrante; una puerta abierta contra el feminismo y la igualdad; una puerta abierta para que pase la intolerancia homófoba. Pablo, hay muchas cosas en las que no estamos de acuerdo, pero me da miedo pensar que esta vez sí tengas razón.

En tiempos de pandemias, desastres naturales y guerras- ríase usted de las siete plagas de Egipto- este gobierno de rojos peligrosos enemigos de España, ha mirado hacia sus ciudadanos mucho más que todos los gobiernos anteriores. No son tan lejanos los años en que, para salir de una crisis, se echaba a la gente de sus casas mientras se daba a los  que nos habían arruinado la friolera de 60 mil millones de euros a fondo perdido. Claro que hay fallos, claro que hay cosas en las que no estoy de acuerdo con el gobierno y creo que debe haber una crítica y una oposición,  pero la solución que los patriotas proponen solo se basa en el insulto y la bandera. 

No nos engañemos a la hora de analizar si fue primero el huevo o la gallina, la ultraderecha o los locos peligrosos que la idolatran incluso a extremos mesiánicos. En un sistema democrático, los políticos son un reflejo de la sociedad que les vota. Hoy en día nadie puede llevarse a engaño sobre lo que implica introducir nuestra papeleta en la urna. Si votas a los que llaman ilegítimo, comunistas peligrosos, terroristas, enemigos de España- puedo estar así todo el día- a un gobierno socialdemócrata reconocido en la Unión Europea, es que piensas como ellos. Si votas a los que dicen que en los colegios públicos se adoctrina a los niños y se les pervierte… es que piensas como ellos. Si votas a los que proclaman que este gobierno es peor que la dictadura franquista… es que piensas como ellos. Si votas a los que hablan de una cruzada de inmigrantes que pasa en patera para invadirnos… es que, simplemente, piensas como ellos. 

No, Manuel Murillo, nadie te ha confundido, tú ya eras así y solo esperabas que otros justificaran tu manera de pensar para animarte a cruzar la línea. Por suerte no eres más que un cobarde acomplejado al que sus amados líderes han dejado solo. Te entiendo, pero en tu asqueroso mundo lleno de Rambos, te has quedado como el tío de los cuernos que asaltó el Capitolio. desnudo y sin su Trump salvador. Solo eres un idiota de usar y tirar. 

Aguanta, machote, y si entras en prisión no olvides envolverte en tu bandera patria, que me han dicho que allí refresca.

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