El bailecito de Rajoy

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Una nueva manera de tapar vergüenzas judiciales, y meternos por los ojos a un presidente “de la calle”, humano como el que más… incluso divertido.

Gira el mundo, gira (que diría el inefable Jimmy Fontana) y no aprendemos. Entiendo que el carnaval tiene estas cosas y que gustan las estridencias, lo frívolo, lo esperpéntico. Pero de ahí a que todas las cadenas nacionales ilustraran la cabecera de sus informativos con los pasos de baile que se marcó Rajoy en la boda de un hijo de un amigo suyo de Murcia… me perdonen, pero eso ya es de traca.

Flaco favor se hace al periodismo serio, investigador, comprometido e independiente, que una de las noticias del fin de semana (nada menos) haya sido que el señor presidente se lo pasó pipa en un bodorrio. Noticia de color sepia y con aroma a naftalina, que recuerda a otras similares que se daban en tiempos de túyamentiendes… cuando se pretendía vender a la población que en la España grande y libre todo iba a las mil maravillas. No sé si es cosa del redactor jefe, del director del informativo, o de incluso el de las cadenas en cuestión. Pero elevar tamaña gilipollez a la categoría de noticia de cabecera, dice mucho de en qué manos está ahora mismo el cuarto poder.

Porque tal día como el domingo, el bamboleo de caderas de Rajoy al ritmo de Mi gran noche (de Raphael) y sus pasitos cortos, desplazaron (que no ocultaron) noticias como el deshielo en las relaciones de las dos Coreas, por ejemplo. Pero claro… ¿qué es una noticia de calado internacional, que se produce precisamente en el punto del planeta donde es más posible que estalle una nueva guerra mundial, ante el divertimento privado de nuestro presidente? ¿o esa nueva escalada bélica en Siria con Israel e Irán ejerciendo de porteros de discoteca? ¿o el reparto de pastel y hostias entre independentistas catalanes? Minucias, ante el desparpajo del presi.

Una nueva manera de tapar vergüenzas judiciales, y meternos por los ojos a un presidente “de la calle”, humano como el que más… incluso divertido

Y esto me suena a nueva campaña al estilo del “rey bonachón” que se sacaron los medios de comunicación de la manga cuando la popularidad y notoriedad de nuestro emérito Juan Carlos I comenzaba a estar en entredicho. Una nueva manera de tapar vergüenzas judiciales, y meternos por los ojos a un presidente “de la calle”, humano como el que más… incluso divertido.

Que el periodismo televisivo español y más aún, el de informativos, el del rigor y la profesionalidad, se presten a este tipo de cambalaches y performances, me indigna y decepciona. Cuando estemos cerca de la imputación de Rajoy en alguna trama, ojo que nos tendremos que tragar un lacrimoso documental sobre su mascota en el Palacio de la Moncloa, o lo veremos jugar al dominó con un grupo de jubilados en la mesa de un bar. Ah no… que eso también lo hemos visto.

Regresa, periodismo. Deja de lamer las manos de tu amo, y retorna al camino de la dignidad, a ese que te hizo respetable en todo el mundo.

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