El PSOE empezaría a sentirse menos presionado por todo lo que concierne a pactar con Junts

El escaso tirón de la última Diada, la posibilidad de buscar el voto de Coalición Canaria y pedir solo la abstención a los independentistas, son novedades en el tablero postelectoral

En la imagen, un momento de la Diada, en una imagen de ERC.
En la imagen, un momento de la Diada, en una imagen de ERC.

En los últimos días, se han producido distintas publicaciones en medios, digamos, no afines al PSOE o al denominado bloque de progreso, en las que se deslizan nuevas reflexiones sobre el tema de la amnistía y el pacto con Junts. Dichas reflexiones, ideas, matizaciones, incisos, posibilidades… son relevantes casi en mayor medida por haberse realizado en medios de centro-derecha que por la información interpretable que en sí contienen. Hay que recordar que, oficialmente, el PSOE no va a abrir una ronda de negociaciones con las fuerzas cuyos apoyos aspira a sumar hasta justo después de la ceremonia de investidura –forzosamente fallida- del candidato designado por el rey Felipe VI, Alberto Núñez Feijóo. Hasta ese día, los socialistas no tienen reparo en reconocer contactos, pero no negociaciones, un matiz que consideran significativo.

Durante los últimos días se han venido sucediendo distintos hechos y distintas valoraciones políticas y periodísticas sobre los que merece detenerse un momento, incluidas las periodísticas.

Por ejemplo, está la Diada de Cataluña, con menos gente que otros años y después de unos buenos resultados en las pasadas generales para el PSC y Sumar, muy por encima de los partidos independentistas (aunque es cierto que en Cataluña se vota distinto si los comicios son nacionales o autonómicos). No se trata solo de que ERC y Junts evidencien sus diferencias, sino que hay que hablar de las que a su vez tienen con la ANC. Con todos estos antecedentes ­­–menos participación y división- los socialistas, según dichas informaciones, se sentirían menos obligados en cuanto al tema de la amnistía, tanto a su alcance como a sus tiempos, descartado ya que sea antes de una hipotética investidura de Pedro Sánchez. Además, una vez que el Tribunal Constitucional ha dicho que no al recuento de las papeletas nulas de Madrid, lo que significa confirmar ese diputado menos, ‘alguien’ en el PSOE ha recordado que, con el voto de Coalición Canaria, en realidad al PSOE le valdría la abstención de Junts. Independientemente de lo que haya podido avanzar en sus ‘contactos personales’ la vicepresidenta Yolanda Díaz con Carles Puigdemont, entienden que ya demostró no ser un partido de fiar después de que colaborara en la moción contra Mariano Rajoy y después se desmarcara rápidamente.

En definitiva, los socialistas habrían deslizado a prensa no afín que en este momento no se sienten tan presionados por el 'tema Junts' y que, si se paran a pensar en sus opciones, incluso la posibilidad de ir a unas generales a mediados de enero se empieza a ver con otros ojos (hay que insistir, es lo que se desliza, no necesariamente es lo que se piensa, pero todo forma parte de una misma estrategia). Sería cuestión de jugar bien las cartas de las tres derrotas de Feijóo (elecciones, mesa del Congreso, investidura), de cómo se enfoque todo lo que pueda resultar de la manifestación contra algo que ahora no existe –la convocatoria antiamnistía para el 23 ó el 24 de septiembre, muy poco antes de la investidura- e incluso los réditos que puedan dar el aterrizaje de José María Aznar, alguien a quien los socialistas consideran abiertamente como ‘aliado’ por el unánime y movilizador rechazo que genera entre sus votantes. El tablero postelectoral, lejos de cerrarse, parece cada vez más abierto.

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