Los precios de los alimentos y los combustibles siguen desatados

El aceite de oliva sube en un solo mes un 8%, lo que lleva a que este producto esté por primera vez más caro en España que en Italia, el otro gran productor mundial, y aupa a la inflación hasta el 2,6%

12 de septiembre de 2023 a las 19:17h

Los alimentos y los carburantes siguen disparados, hasta el punto de que después de meses de bajada en la inflación, agosto sigue el cambio de tendencia que ya se apreció en julio y ha cerrado con un incremento de tres décimas, pasando del 2,3% al 2,6% interanual. El aceite de oliva –más oro líquido que nunca, como se afirmaba en este mismo espacio hace unas semanas– sigue imparable, con una subida que alcanza ni más ni menos que el 52% (interanual ¡y el 8% solo en el último mes!), pero no es el único. Alimentos básicos en la cesta de la compra, como son el azúcar (42%), el arroz (21%) o las patatas (18%) están desatados.

Parándonos un poco más en el aceite de oliva por lo significativo de la subida y lo icónico que es este producto para Andalucía, hay que hacer mención a que, por primera vez, alguien ha hecho mención a los movimientos especulativos que podría estar sufriendo. Ha sido Facua, la organización de consumidores, la que ha hecho esta denuncia.

En un informe, elaborado a partir de la toma de muestras en distintos puntos de venta, recoge que el precio de una misma marca puede oscilar hasta en un 45% según el supermercado donde se adquiera. Facua elevará este tema al Ministerio de Consumo por si considera su intervención.

Hasta ahora, los productores negaban estos movimientos o, al menos, verse favorecidos por ellos, ya que desde que el precio se disparó se ha venido hablando de que la causa no era otro que el mero hecho de que no hay aceite, dos cosechas, la última y la próxima, que van a estar en torno a la mitad de lo que se considera una campaña normal.

Los precios del aceite en países de nuestro entorno también han subido. En Portugal están más o menos a la par, mientras que en Italia, el otro gran productor mundial después de España, la botella está entre uno y dos euros más barato.

Pero no solo cabe culpar a los alimentos del repunte de la inflación, ya que los combustibles también han experimentado importantes subidas a lo largo del período estival ­–algo que es un clásico veraniego, sobre todo cuando hay cambios de quincena o puentes­–. Aunque siguen por debajo del año pasado, cuando aún estaba vigente la medida de los 20 céntimos de descuento por litro, durante agosto el precio de los combustibles han crecido por encima del 7%, por lo que, de seguir la tendencia, no sería nada raro volver a ver este otoño la gasolina en los dos euros el litro.

Lo peor de la subida de los combustibles es su efecto en la distribución de los productos, ya que ayuda a que se encarezca toda la cadena.

Por ahora, el Gobierno descarta tomar medidas concretas –tampoco la reducción del IVA de algunos productos básicos sirvió de gran cosa- y se aferra a las estadísticas, que dicen que con un 5,3% de inflación media en la Unión Europea, las cosas en España no están tan mal…