Gran paso adelante de la UE hacia una legislación común en biodiversidad

La Ley de Restauración de la Naturaleza pone plazo a la actuación sobre espacios deteriorados, pero sobre todo se valora por lo que significa para que los Veintisiete avancen juntos en materia medioambiental

Vista al atardecer de una marisma de Trebujena.
Vista al atardecer de una marisma de Trebujena.

El Parlamento Europeo ha cerrado un acuerdo político que supone que la Unión se dota, por primera vez, de una ley de biodiversidad de ámbito comunitario, una noticia que debe ser saludada como un importante paso en materia medioambiental y que, tangencialmente, también tendrá incidencia en otros temas, como la lucha contra el cambio climático. El texto debe pasar todavía por el Consejo Europea para su ratificación definitiva, pero todas las partes son optimistas.

La Ley de Restauración de la Naturaleza se contempla como un paso determinante para la protección y restauración de los espacios naturales de Europa. Se trata de una ley integral, en la que se trata de preservar lo que se da en llamar espacios de vida, pero sin dar la espalda a la economía, al interés social, al bienestar de personas y animales y flora e, incluso, teniendo en cuenta la seguridad climática, un tema clave.

Esta ley ha nacido después de múltiples controversias, no solo entre la izquierda y la derecha, como es habitual en el debate político, sino que también ha sido motivo de fricción entre los gobiernos de los 'Veintisiete' estados miembros y los eurodiputados de la Cámara, que apostaron, curiosamente y de manera poco habitual, por una línea de acción más conservadora que la de los propios estados al prever urgencias alimentarias, un aspecto que, en realidad, luego ha sido clave para el consenso.

Más allá de la importancia de la ley en sí, se valora el paso que supone para afianzar y unificar la normativa europea en materia de biodiversidad. Ese paso hacia una normativa europea común es lo que precisamente han destacado organizaciones medioambientales, que valoran la ley como un paso adelante de un largo camino a recorrer por el conjunto de los estados de la Unión Europea. Pero además es una ley que viene con calendario, ya que pone plazos a actuaciones concretas. Así, por ejemplo, pretende restaurar al menos el 20% de las áreas terrestres y marítimas de aquí a 2030, llegándose al 90% allá en el horizonte de 2050.

La ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, satisfecha con el contenido, ha estado muy encima de la tramitación final de la norma, lógico teniendo en cuenta la presidencia española que le corresponde a España durante este último semestre de 2023. 

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