El debate sobre el estado de la comunidad autonómica andaluza ha servido más para hablar de lo que está por venir que de los auténticos problemas de los ciudadanos. Hasta aquí, nada sorprendente, y más si se tiene en cuenta que, sean en primavera o sean a comienzos de verano, las elecciones están a la vuelta de la esquina. Poco, muy poco, sobre el tema de los cribados de cáncer de mama, menos sobre la supuesta corrupción de la Diputación de Almería... y muchas píldoras –también lecturas derivadas– en clave nacional.
En este sentido, el PSOE andaluz es consciente, por ejemplo, de que tiene un problema de mensaje cada vez que se habla de financiación autonómica. Por mucho que los socialistas intenten difundir el mensaje de que Juanma Moreno renuncia de manera deliberada a unos condiciones ventajosas en el nuevo modelo de financiación, es cuestión de segundos que llegue el golpe de 'revés' en forma de la financiación 'especial' para Cataluña, acordada por el Gobierno con ERC, lo que se dice todo un hándicap que, aunque el tema esté relativamente hinchado, cala de forma inmediata en la opinión pública andaluza.
Pero es que el problema de los socialistas no se queda aquí. Es cierto que el PP ha bajado en las encuestas –lo reconoce el propio 'CIS andaluz'– pero no es a su costa, como cabría pensar, sino de Vox. La extrema derecha 'rasca' votos entre los disconformes con políticas tanto nacionales como autonómicas, hasta el punto de que es el partido que puede poner en cuestión que Moreno repita su mayoría absoluta. Enfrente, el PSOE-A sigue de alguna manera desarmado, con la candidata a la presidencia de la Junta, María Jesús Montero, centrada –en realidad, no podría ser de otra manera... y más en estos momentos cruciales para intentar sacar los Presupuestos Generales del Estado– en su vicepresidencia del Gobierno, desoyendo las voces que claman por su desembarco definitivo en Andalucía, porque piensan que así no hay manera de hacer realmente oposición.
Pese a la subida de Vox y los problemas de gestión, Moreno se ve cómodo 'buscando' a los socialistas e inquiriendo precisamente sobre dónde está su candidata. Aunque las elecciones andaluzas no sean en efecto, hasta dentro de siete u ocho meses (que habrá que ver qué ocurre en la política nacional) el propio partido empieza a pensar que "vamos tarde" con la candidatura...
