La candidata de Sumar a la presidencia, Yolanda Díaz, ha revolucionado la precampaña electoral con su propuesta de 'herencia universal' de 20.000 para todos los jóvenes. Hasta ahora, la precampaña trascurría con cierta placidez, solo alterada por la irrupción de Pedro Sánchez como estrella televisiva y la 'yenka' que se marcó en Extremadura el PP con María Guardiola, hasta que Yolanda Díaz ha dado la campanada.
Al principio pudo sonar a ocurrencia propia del tiempo electoral que estamos viviendo para atraer voto joven y voto de padres y madres con jóvenes que por edad pudiera encajar en dicho perfil –hay que recordar que sería una medida universal, es decir, se aplicaría a todos, independientemente de la renta de cada joven– pero luego, al final, todos los medios, de una u otra orientación política, han pedido a la vicepresidenta segunda (y a su equipo de Sumar) que desgrane su propuesta y el asunto ha sido también objeto de debate en redes sociales.
Sumar destaca el carácter redistributivo y de justicia social que tendría esta medida que se sufragaría con una mayor carga fiscal a las grandes fortunas. A partir de ahí, se adquiriría ese derecho a los 18 y a los 23 sería cuando se llevaría a cabo el abono de los 20.000, con la Administración realizando "acompañamiento administrativo" –que por ahora vale tanto para asesorar como para, llegado el caso, fiscalizar– de dónde va a parar este dinero, ya que hay que tener en cuenta que forzosamente tiene que destinarse a inserción, emprendimiento o formación del propio demandante. Se necesitarían ni más ni menos que 10.000 millones de euros para arrancar esta propuesta que, lógicamente, nacería con la voluntad de consolidarse como un nuevo derecho. Esta posibilidad, ya decimos, le ha ido sonando mejor a buena parte de los ciudadanos según se han ido conociendo más detalles, ya que su presentación por parte de la propia Yolanda fue tal vez excesivamente escueta.
Pero... ¿Puede España permitirse la implementación de una propuesta de este calado? La principal fuente autorizada que ha hablado por ahora, la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, es rotunda al respecto: no. De hecho ha retado a Díaz y a su equipo a explicar cómo se financiaría esta medida, sobre todo teniendo en cuenta el carácter universal de la misma. Incluso, a Calviño los objetivos a los que se destinaría este dinero no le parece suficientmente concretos.
En los próximos días de campaña ya formal se verá si este tema resiste el debate o si, por el contrario, se convierte en una estrella fugaz que se vea desplazada por otro tema, como ocurre tantas veces.
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