Mientras el grueso de partidos que concurren a las elecciones en Andalucía eligieron Jerez o la capital de la provincia para el tradicional inicio de campaña, por su lado Vox decidió echarse al monte en Alcalá de los Gazules, en pleno Parque Natural de los Alcornocales, en un gesto que para nada resulta ser gratuito.
Alcalá es la patria chica del socialismo gaditano desde antes de la recuperación de la democracia y muchos han sido los socialistas alcalaínos que han desarrollado un papel importante en las distintas direcciones del PSOE, desde la federal hasta la provincial, baste con recordar el papel desarrollado por el desaparecido y añorado Alfonso Perales tanto en el partido como en las instituciones, o nombres señeros del socialismo andaluz como el de Luis Pizarro o José Luis Blanco.
Por eso Vox, que se plantea la vida política como una Reconquista permanente, ha querido convertir Alcalá de los Gazules en su particular Covadonga como si del rey Pelayo se tratara. Pero más allá de asociaciones metafóricas que pretenden llamar la atención sobre el partido de la ultraderecha hay una clara intencionalidad política para poner de manifiesto el objetivo de conquistar el voto rural que se espera determinante en esta convocatoria electoral, de la mano del malestar de los agricultores, ganaderos y cazadores que tan bien sabe explotar la extrema derecha.
El campo y la caza están grabados a fuego en el discurso de Vox y pretenden de la mano de las fake news convertir su discurso en votos como si de la multiplicación bíblica de los panes y los peces se tratara, y créanme si les digo que han logrado colar su falso discurso entre bastantes agricultores, ganaderos y cazadores. El inicio de campaña en Alcalá pone de manifiesto que la extrema derecha en esto del marketing electoral no da puntada sin hilo.
Por su parte, PP y PSOE iniciaron campaña en Cádiz y Jerez respectivamente, obviando una vez más la realidad poblacional del Campo de Gibraltar, donde el candidato Moreno hizo la visita del ministro en La Línea de la Concepción e Inmaculada Nieto, la candidata a la presidencia de Por Andalucía, volvía a sus orígenes políticos como si del poema Peregrino de Cernuda se tratara.
Una vez inaugurada la campaña electoral estoy convencido de que los días venideros se van a convertir en el habitual peregrinaje de consejeros y consejeras, ministros y ministras y líderes de los distintos grupos políticos a la búsqueda del disputado voto del señor Cayo, la novela de Delibes llevada al cine por Antonio Gimenez-Rico, porque según vaticinan los expertos el mundo rural tiene mucho que decir el 19J.