Valle de los caídos en una imagen reciente.
Valle de los caídos en una imagen reciente. MANU GARCÍA

Por si no fuese suficiente para volverse loco  el temporal de levante que nos azota desde hace días también la actualidad mediática ha decidido poner su granito de arena con algunas entrevistas, como las de Ken Follett  en La Vanguardia y JJ Benítez en El Mundo, o  declaraciones, como las de Casado sobre la energía solar al anochecer, y actuaciones judiciales como la de la jueza Eva María Bru y su decisión de paralizar la legítima exhumación de los cuerpos de los hermanos Lapeña en el Valle de los Caídos a petición de la Asociación por la reconciliación y la verdad histórica, que viene a ser como el brazo armado de la ultraderecha de Vox en materia de memoria histórica.

Pero vayamos por partes porque las motivaciones de unos y otros a la hora de alterar la normalidad de nuestra vida cotidiana tiene motivaciones bien distintas salvo en el caso de Follett y Benítez. Afirmaba el prestigioso novelista galés, en rueda de prensa desde su casa, que es lo normal en estos tiempos, que podríamos estar cerca de una tercera guerra mundial. Ahí es nada porque si es Follett el que lo dice el tema pudiera tener tintes de verosimilitud que no de verdad absoluta. Pero el contexto general de la entrevista es el que te alivia la tremenda angustia que provocaba su terrible afirmación, y esa especie de alprazolam liberador no era sino conocer que estaba presentando su última novela, Nunca, cuya temática gira en torno a dicho tema, lo que nos lleva a pensar que su afirmación no buscaba sino despertar el interés de los posibles lectores, es decir, utilizar la tendencia actual de la sociedad a comprar cualquier moto apocalíptica que nos vendan.

En la misma línea, pero en un tono más histriónico, se pronunciaba el embajador de Nostradamus en la península ibérica, el popular JJ Benítez quien venía a afirmar que en 2027 un inmenso meteorito impactara en  la Tierra llevándose por delante a 1200 millones de sus habitantes. Tan sólo le ha faltado al hombre, en medio de tanta precisión, anunciar día y mes y el lugar donde caerá, pero que quede claro que estamos avisados. Para quien no conozca los principios rectores de la mente de Benítez cabe recordar, por si les sirve de alivio, que es el mismo que proclama que el Antiguo Testamento ya hablaba de ovnis, despreciando a los Evangelios que no le sirven para dar coartada a sus teorías, entre las que sobresalen la naturaleza extraterrestre de Jesucristo y la vinculación de las apariciones de Vírgenes con el fenómeno ovni. Así que no se hagan muchas ilusiones quienes acaban de firmar hipotecas a veinte o treinta años pensando que dejaran de pagar en 2027 porque de lo que de verdad se trata es de promocionar su último libro, Mis primos, que cada vez son menos a la hora de creer en sus fantasías oníricas y comprar sus libros.

Pero cómo se podría explicar la tendencia social a caer en el catastrofismo apocalíptico ante afirmaciones como esta que se convierten en creíbles con la ayuda inestimable de los profetas de las Fake News?. Intentando huir del análisis simplista, pero a riesgo de caer en él, creo que hay dos elementos importantes para ello siendo el primero y más importante la pandemia Covid, que  ha quebrado las seguridades confortables del ser humano generando una incertidumbre sobre nuestro destino como humanidad y convirtiéndonos en frágiles muñecos a merced de un devenir incontrolable donde todo lo que antes era inimaginable ahora puede suceder. A esto habría que unir un segundo elemento, necesario para ello, que no es otro que ese mundo de información sin contrastar, donde la especulación escandalosa se convierte en certeza, y que no es otro que el de las RRSS y su utilización mediática, el paraíso perdido de influencers y youtubers.

Ya todo esto, por si alguien había quedado vivo emocionalmente,  aparece Casado y su cuestionamiento de la energía solar que lleva camino de convertirse en tiempo no muy lejano en el bálsamo de los efectos de la crisis energética. Fiel a su alianza oculta con las grandes eléctricas afirma Casado que al anochecer la energía solar no produce y que por lo tanto para qué tanta placa solar. Independientemente de los miles de memes que provocan la risa, una buena terapia para tanta angustia generada, la comunidad científica ha demostrado en pocas horas la banalidad y la inconsistencia intelectual del argumento de Casado, encaminado a descalificar una energía limpia, renovable, ecológica y posible alivio de las economías familiares y que se ha convertido en la alternativa a las energías contaminantes y más rentables para las grandes productoras de electricidad. Por dar sólo un dato, la energía solar en verano produce de noche el 2,5% de la energía y el 1% de la demanda, pero esto para Casado es ya un esfuerzo intelectual al límite de lo imposible.

Y el último hecho al que me refería en cuanto a la posibilidad de volvernos locos, si ya no lo estamos, ha sido la decisión de la jueza del Juzgado número 20 de lo contencioso paralizando la exhumación de los hermanos Lapeña,  enterrados contra la voluntad  de sus familiares en el Valle de los Caídos y paralizando la licencia de obras que había otorgado el ayuntamiento de San Lorenzo del Escorial. Y todo a petición de la denominada Asociación por la reconciliación y la verdad histórica, vinculada a la extrema derecha española. Pero lo irracional es aceptar el principio planteado por la susodicha asociación ultraderechista: «derecho fundamental a la intimidad de los fallecidos y de sus familias y necesidad de respetar el sagrado reposo eterno que se vería vulnerado si se accede a ejecutar las obras manifiestamente ilegales solicitadas».  Díganme si no llevaba razón Forges cuando con frecuencia afirmaba en sus viñetas: “País de locos”.

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