Vergüenza ajena

Resulta difícil para cualquier socialista con un mínimo de objetividad en sus análisis obviar el culebrón surrealista que viene protagonizando la señora Leire Díez y su entorno conspirativo

Víctor de Aldama irrumpe para cargar contra Leire Díez.
07 de junio de 2025 a las 07:27h

Cuando durante tantos años uno ha pertenecido de pleno derecho, para lo bueno y para lo malo, en la salud y en la enfermedad, a lo que se ha dado en llamar la clase política no se puede dejar de sentir vergüenza ajena ante lo que cada día ofrece una parte de la actualidad política, esa parte que debería llamarse underground para diferenciarla de esa otra a la que debemos prestar atención por cuanto de ella depende en buena parte el acontecer de los gobernados.

Y en ese carrusel de esperpentos que nos viene ofreciendo desde hace ya bastante tiempo esa realidad underground destacan en los últimos días algunos elementos capaces de producir risa o llanto e incluso ambas cosas a la vez. En lo que afecta al Partido Socialista uno llega a sentir vergüenza ajena con lo protagonizado entre otros y otras por la señora Leire Díez a la que tuve la desgracia de conocer en redes sociales cuando se convirtió en un arma de destrucción masiva en nombre de las bases que llevaron a Sánchez por segunda vez a la secretaría General del PSOE.

Resulta difícil para cualquier socialista con un mínimo de objetividad en sus análisis obviar el culebrón surrealista que viene protagonizando esta señora y su entorno conspirativo. Los hechos conocidos en estas últimas semanas son de una gravedad terrible y enormemente dañinos para la salud democrática y el buen nombre de toda la organización socialista. La señora Díez y su entorno de empresarios manchados de hidrocarburos no son sino un delirio realista resultado de respirar el aire viciado de las cloacas.

Hay que denunciar su actuación y la de quienes le han acompañado en su delirante aventura y no estaría de más poder conocer si tuvieron algún padrinazgo en la esfera orgánica del Partido, esa que en su momento se vio beneficiada por gentes como Leires y Koldos, aún a riesgo de que el Campeador de Valladolid nos llame resentidos por las batallas perdidas.

El surrealismo del esperpento no es exclusivo

Pero el surrealismo del esperpento no viene siendo privilegio exclusivo de Leire y sus empresarios, también el Partido Popular se ha apuntado a la tendencia estética que creara Don Ramón del Valle-Inclán y ese par de gallegos, una suerte de Quijote y Sancho célticos, están batiendo récords en el ranking de la barbarie expresiva y conceptual con afirmaciones infundadas más propias de  granjas de troles financiadas por la ultraderecha que de una dirección de un partido que se proclama alternativa de Gobierno. Estos sí que serían resentidos al gusto de Óscar Puente.

Y para terminar por hoy algunas puntadas sobre el tapete de la realidad que envuelve a la estatua de la libertad versión chotis, la presidenta madrileña a la que la imputación de algunos de sus responsables en la gestión de la pandemia por un lado y el agravamiento de la situación judicial de su pareja por otro está poniendo de los nervios y ya desvaría hasta sin pinganillo, ese que tanto usa para recibir instrucciones de su asesor áulico, chupito Rodriguez, y que no quería ponerse este pasado viernes en la Conferencia de Presidentes para oír las intervenciones de sus colegas de Euskadi o Cataluña en un ejercicio de prepotencia y desprecio hacia tantos cientos de miles de españoles que se expresan en esas otras lenguas oficiales.

El no va más de su chulería underground, patética soberbia, ha sido negar el saludo a la ministra de Sanidad y antigua rival política en la Asamblea, con 7.291 remordimientos de conciencia.