El líder del PP, Pablo Casado, con el candidato en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.
El líder del PP, Pablo Casado, con el candidato en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

La mentira en forma de bulo, la más frecuente, o en su variante máxima, el embuste planetario, se ha apoderado de la comunicación social no sólo a través de las redes sociales más populares, Facebook o Twitter, sino también a través del panfleto digital mercenario disfrazado de pretendido medio de comunicación. Raro es que a lo largo de las 24 horas de cada día no nos veamos sorprendidos por alguna de estas variantes de la mentira.

Esta realidad ha sido contrastada por la encuesta llevada a cabo por digitalnewsreport.es a principios del pasado año 2021. Según esa encuesta el 67% de los internautas en España declaró estar preocupado por la desinformación al tiempo que la mayoría reconocía haber estado expuesto a bulos sobre el coronavirus o de contenido político, lo que resulta aún más sorprendente si tenemos en cuenta que en el conjunto de los cuarenta y seis países analizados la media se situaba nueve puntos por debajo, el 58%.

Junto al coronavirus y la realidad política otros asuntos importantes sobre los que los encuestados manifestaban haber visto este tipo de desinformación eran la inmigración y el mundo rosa. Y otro dato significativo de la encuesta es la mayor preocupación de las mujeres, 70%, por la desinformación que la de los hombres, 63%.  También se concluye en el estudio que la preocupación por los bulos va creciendo con la edad teniendo en cuenta que en los menores de 25 años sólo alcanza el 56% mientras que en los de 65 años alcanza el 75%, definiéndose con estos datos un escenario demográfico muy apetitoso para la permanente difusión de bulos y mentiras. 

Y un último dato de la encuesta también significativo sería el hecho de que existe una mayor preocupación por la desinformación que se difunde a través de las redes sociales y aplicaciones de mensajería que por la que se contiene en los medios informativos que no deja de ser también relevante.

Estos datos conducen a una conclusión contundente, el bulo y el embuste planetario se han convertido en una cuestión reiterada en la comunicación social ya sea a través de las redes sociales, las aplicaciones de mensajería o determinados medios de comunicación, lo que explica que gañanes atrevidos y mercenarios como el ultraderechista Alvise Pérez hayan encontrado un lugar en ese universo corrupto.

Todo este prólogo explicaría que en la política nacional la desinformación, en todas sus formas y canales, se haya convertido en el instrumento de la oposición de derechas. Vayan por delante dos ejemplos bien conocidos, el bulo de Macarena Olona sobre Sánchez y la fecha de vacunación del 70% de los españoles y el del bolso de Louis Vuitton cuya propiedad atribuía a la Ministra Irene Montero. Ambas informaciones falsas procedían de la misma persona, Olona, miembro destacado de la cúpula del partido de extrema derecha y posible candidata cunera de Vox en las elecciones andaluzas, lo que de confirmarse nos augura una precampaña y campaña electorales llena de quiebros a la realidad.

Pero lo más preocupante es la estrategia del Partido Popular que llevado del afán mimético de Casado con la ultraderecha ha comenzado a forzar la verdad en su intento de obtener mayores réditos electorales. No hay que alejarse mucho en el tiempo para encontrar suficientes elementos de juicio que confirman esa estrategia. En esta misma semana encontramos que dos de las figuras máximas del Partido Popular, el mencionado Pablo Casado y el benigno Juanma Moreno, se han encomendado al bulo, en el caso de Pablo, y el embuste planetario, en el caso de Juanma, para generar una realidad alternativa a lo que los demás percibimos.

Casado, llevado por su afán animalista que hace meses le hacía susurrar a las ovejas y en estos días ofrecer ruedas de prensa en la pradera rodeado de vacas que pastan libremente, ha explotado, junto a toda la acorazada mediática y tuitera, el escaso don de la oportunidad del ministro Garzón, para hacernos creer que la ganadería de nuestro país está en peligro con el Gobierno de coalición por el simple hecho de defender la ganadería extensiva frente a la intensiva, algo que figura en todos los programas de todos los partidos con la lógica excepción de Vox. La verdad es que la campaña de desinformación agropecuaria del PP nos ha deparado momentos divertidos más allá de su patético contenido.

Y por otro lado el benigno Juanma ha tirado de embuste planetario para intentar echar tierra sobre la grave crisis que está sufriendo la sanidad andaluza y en especial la atención primaria en todos los centros de salud. Afirmaba ayer, con una complacencia propia de quien repite el mantra elaborado por los asesores de comunicación de San Telmo, que los 8000 sanitarios despedidos ya habían sido vueltos a contratar con nombre y apellidos. La información no se mantiene por si misma cuando de sobra es conocido por todos que algo más de 600  emigraron a la sanidad catalana y otros tantos a la madrileña y la vasca. Y aún menos se sostiene cuando los sindicatos del sector han replicado al Presidente, con datos contrastados y veraces, que los contratados lo han sido sólo por pocos días y para cubrir las vacaciones navideñas.

Por desgracia esto es lo que tenemos, un país donde la preocupación por la desinformación política preocupa al 42% de los internautas mientras que en los restantes países la media es del 29%. Por algo será y es que, también en esto, Spain Is different.

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Comentarios (2)

Rafael Muñoz Hace 2 años
Y si es verdad?, Porque al parecer todavía nadie es capaz de desmentir lo que dice ni ningún juez lo ha declarado culpable...
Carmen Hace 2 años
Puedes decir que no te gustan las verdades que dice Alvise , pero son verdades . El bolso era de otra misnistra , menuda chorrada en la que basas tu argumento .Antes los periodistas ( no se si tú lo eres porque no te conozco)investigabais ahora sois simples comentaristas adoctrinadores políticos . Es una pena porque ya no hay debate de ideas solo imposición. Ha perdido la política , ha perdido el periodismo , hemos perdido los ciudadanos que ya estamos cansados de que nos quieran manejar.
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